En los últimos años se ha descubierto que estas sabrosas frutillas son potentes protectores de la salud, además de una delicia en cualquier día estival. En la escala ORAC se sitúan a la misma altura prácticamente que los arándanos. Su intenso color morado indica que son ricas en varios compuestos, que ayudan a combatir las cardiopatías, el cáncer y los signos de envejecimiento. Entre estos agregados se encuentran las antocianinas y el ácido elágico. Además, las moras son ricas en fibra y minerales como magnesio, zinc, hierro y calcio. Su elevado contenido en vitamina E ayuda a proteger el corazón y a mantener la piel sana.
Tienen un elevado contenido en ácido elágico, sustancia química que bloquea las células cancerígenas. Son ricas en vitamina E y fibra. Son fuente de vitamina C, buena para el sistema inmunitario. Constituyen una fuente útil de folato, para una sangre sana.
¿Sabía qué?
Las moras contienen salicilato, asociado al ingrediente activo de la aspirina. Por este motivo, las personas alérgicas a la aspirina pueden serlo también a las moras.
Consejos prácticos:
Las moras frescas tienen un aspecto reluciente y carnoso. Si la piel está mate, posiblemente estén demasiado maduras y su contenido en vitamina C será inferior. Cuanto más oscuras, más ácido elágico contienen. Su cocción no destruye este mencionado ácido, de modo que se pueden usar en mermeladas, tartas, queques, postres crudos y crumbles. Ahora bien, aportan más vitamina C crudas. Para congelarlas, introdúzcalas en recipientes con tapa o en bandejas abiertas y luego en una bolsa de plástico.
Valor nutritivo de 100g de Moras:
Kcal 25
Grasas totales Inapreciables
Proteínas 0,9 g
Carbohidratos 5 g
Fibra 3,1g
Vitamina C 15mg
Vitamina E 2,4mg
Folato 34mcg
Potasio 160 mg
Calcio 41 mg
Hierro 0,7mg