Obispos niegan haber encubierto paternidad de Lugo

La CEP salió al cruce de las declaraciones de monseñor Rogelio Livieres, obispo de la diócesis de Alto Paraná, quien el martes aseguró que la Iglesia había encubierto a Lugo.
"La Conferencia Episcopal Paraguaya nunca recibió ninguna denuncia formal por escrito con relación a Monseñor Fernando Lugo referida a cuestiones de su supuesta paternidad", dijo la CEP en un comunicado al que tuvo acceso AP.

"El Consejo Episcopal Permanente lamenta y rechaza las expresiones de Monseñor Rogelio Livieres Plano que hacen entender que hubo encubrimiento y complicidad de los obispos del Paraguay sobre la conducta moral del entonces miembro... Fernando Lugo", añadió la CEP.

En diálogo con radio Mil de Asunción, Livieres había asegurado que "Monseñor Antonio Lucibello, anterior nuncio apostólico de Su Santidad entre 2002 y 2004, recibió denuncias escritas de mujeres que aseguraban que el padre de sus hijos era el entonces obispo de San Pedro, Fernando Lugo".

Livieres continuó: "Posteriormente, Lugo fue convocado por los obispos, le llamaron la atención con dureza en su momento. Lugo respondió: 'bueno, podría ser, es posible'. No negó las denuncias. Cuando se le insistió que aclara, optó por irse (dejar el sacerdocio)", añadió.

"Llegué a plantear el caso Lugo en una asamblea de la Conferencia Episcopal Paraguaya pero como ocurre siempre que se dice algo que no les gusta, hubo un gran silencio... Muchos sabían de la inconducta de Lugo. Lo sabía todo el mundo. Se manejaba en amplísimos sectores todos los datos. La iglesia falló al no haber hablado con mayor claridad. Fue una forma de encubrimiento. Varios de los obispos presentaron a Lugo como si fuera San Francisco de Asís", dijo Livieres.

Lugo, de 57 años, fue obispo del norteño departamento de San Pedro entre 1994 y 2004, cuando fue jubilado por razones nunca esclarecidas. En diciembre de 2006 renunció al sacerdocio para presentarse como candidato a la presidencia, pero recién en julio de 2008 recibió la dispensa papal.

La semana pasada Lugo reconoció como suyo a Guillermo Armindo, de 2 años de edad, concebido con la joven Viviana Carrillo, de 26 años, con quien según la mujer mantuvo una relación sentimental de una década.

Otra mujer, Benigna Leguizamón, denunció el lunes a través de la prensa haber concebido con Lugo a Lucas Fernando, actualmente de 6 años.

Lugo aseguró públicamente que se someterá a todos los requerimientos de la justicia, intentando poner freno al escándalo.

Pero ello no ha logrado aplacar las críticas de la oposición. La senadora Lilian Samaniego, presidenta del Partido Colorado, sostuvo que Lugo "se presentó para las elecciones de un año atrás como una persona honesta pero resultó ser un farsante porque mientras era obispo tuvo una relación amorosa y un hijo".

La honestidad moral fue el rasgo distintivo con el que Lugo logró quebrar la larga hegemonía del Partido Colorado y alcanzar la presidencia hace apenas un año. Pero las denuncias de paternidad podrían minar su capital político.

Para el analista político Alfredo Boccia podría haber una reacción popular contradictoria.

"Si bien nueve de cada diez paraguayos dicen ser católicos, practican un cristianismo ligero, por mera tradición, en una sociedad patriarcal, profundamente machista; entonces existen visiones morales laxas y condescendientes", dijo.
"Lugo ha dado pruebas de su virilidad y ese es un atributo inherente al 'don de mando' que una parte de la población espera de su gobernante", agregó.

Leguizamón se reunió el martes con Marcos Fariña, el abogado de Lugo, para buscar un entendimiento. Pero la mujer dijo poco después que presentará una demanda judicial por paternidad y no dejará que su hijo sea sometido a un examen de ADN en un laboratorio privado.
"Tengo miedo de que se pudiese manipular o falsificar el resultado. Entonces, pido a los periodistas que sean testigos de mi demanda judicial pública, nada de privado", explicó en conferencia de prensa.