España es imposible de conocer a fondo, todo es novedoso y digno de memorizar, escribir o relatar. Pero ahora escribo por otro motivo, uno que no conocía, que desde hace algún tiempo desordena mis pensamientos.
Una vez detuvieron a una señora que cantaba tonadas, y no sé si se dice “Tonadora o Tonadillera” o algo parecido. Fue, porque en complicidad con un señor, poco digno de serlo, saquearon un ayuntamiento, dejaron gente sin trabajo, niños sin escuela, mujeres sin atención médica, calles sin asfaltar, mendicidad a gran escala y aumento de la delincuencia, ya que no hubo dinero para contratar más policías. Robaron a la Hacienda Pública, es decir mangaron dinero de todos los habitantes. Pero ¡cosa curiosa! O como decía mi recordada abuelita ¡¡válgame Dios!! Decenas de personas con imágenes religiosas, léase vírgenes de diferentes nombres, santos con barba, rasurados, con ojos tristes, con harapos, cabelleras rubias y un buen currículo sobre milagros, hechos solidarios, etc, formaban una muchedumbre que exigía la libertad y canonización de la señora Tonadora. ¡Pobrecita! ¡Si canta tan bonito! ¡El hombre la engañó! ¡Solo tiene algunos chalets en la Moraleja y dos o tres cortijos en Andalucía! ¡Qué Dios la bendiga! ¡Ella solo contaba los billetes!
Nadie lo entendía, nadie lo entiende, yo no lo entenderé nunca, pero sucedió, sucede y tal vez sucederá.
Otro contraste curioso ocurrió con un jovencito de rostro infantil, es un chico modesto, no es justo despedazarlo. Lo contaré de la forma más escueta y misericordiosa posible.
El niño tiene un trabajito, no es gran cosa, pero es su “laburo” Le pagan 1.000.000 de euros por mes, más algunas chapucitas que hace cuando tiene tiempo. Su trabajo consiste en correr tras un balón durante 90 minutos una vez a la semana, digamos 250.000 euros por cada “pelotudez” o el nombre que recibe correr tras una pelota. Según algunos posibles envidiosos, tiene diez “cacharritos” entre Ferraris, Mercedes, Jaguars, Audis y otros más sofisticados, propiedades en bastantes lugares de gente clase media. Vive en una elegante mansión. El chico no pasa hambre, aunque no ríe mucho. Tiene un padre que lo ama con locura y ama también su modesta nómina. ¡Ese sí es un padre! Ahora cuento algo que no van a creer. El niño y su progenitor engañaron a la Hacienda Pública, tal como lo hizo la mujer que canta. ¿No lo creen? La mayoría no lo cree. Es como si el rey Midas traficara con oro. ¿Por qué robar? o si me equivoco pido perdón por el adjetivo, a una institución que recauda para pagar jubilaciones, pensiones, edificar ambulatorios, contratar profesores, médicos, policías, arreglar las calles, cuidar niños y tantas otras cosas positivas, creo que el muchachito y su “viejo” no lo hicieron bien.
Pero ahora viene lo bueno. Los medios de comunicación, no solo los afines sino también los que se auto proclaman “comentaristas deportivos” los fanáticos, muchos de ellos sin trabajo y otras muchedumbres ignorantes, claman por el muchachito. ¡Qué Dios lo proteja! ¡Que nunca nos abandone! ¡Que siga produciendo dinerito para sus contratadores! ¡Qué crimen, le han quitado cuatro millones y medio de euros, ahora pasará hambre!
Esto sucede en la bella España, pero no puedo contarlo, nadie me creería, aunque sí, les digo. ¡¡Sucedió, sucede y seguirá sucediendo!! Somos especiales.
(Geral Aci)
Si (
No(
