Diez estrellas del deporte que cayeron en desgracia económica

Así, se suma a una triste lista de estrellas del deporte que por distintos motivos perdieron lo ganado en su carrera y en los casos más dramáticos, murieron en la ruina. Te recordamos diez historias.

Jonah Lomu: El legendario jugador de rugby Jonah Lomu estaba prácticamente arruinado cuando murió el año pasado. El ídolo neozelandés jugó por los All Blacks en 63 ocasiones entre 1994 y 2002, murió en noviembre de 2015 a los 40 años, tras varios años de lucha contra una enfermedad renal que le obligó a retirarse prematuramente y a pasar por un trasplante en 2004.

El director ejecutivo de la Asociación de Jugadores de Rugby de Nueva Zelanda, Rob Nichol, dijo en su momento que el ex jugador estaba casi sin ahorros y que ante esa situación empresarios y amigos decidieron crear un fondo para apoyar a sus hijos Dhyreille y Brayley, de 6 y 5 años.

Nichol aseguró que Lomu fue víctima de su propia generosidad que practicó "a expensas de su familia" y pese a tener que afrontar los elevados costos de los tratamientos médicos.

Garrincha: uno de los mejores futbolistas brasileños de la historia. Tenía los pies girados 80 grados hacia adentro, una pierna seis centímetros más larga que la otra y la columna torcida y así se convirtió en un increíble atacante. Fue campeón del Mundo en 1958 y 1962. Aprendió a fumar a los 10 años y cayó en el alcoholismo. La leyenda dice que en los entrenamientos dejaba al borde de la cancha una botella para refrescarse, pero con cachaza. Murió por una pancreatitis en medio de la miseria, con 14 hijos. El Maracaná repleto lo despidió el 20 de enero de 1983.

George Best: le decían el Quinto Beatle y fue quizás el primer futbolista que se transformó en ídolo también del espectáculo. “Gasté mucho dinero en licor, mujeres y autos de carrera. El resto lo desperdicié” y “en 1969 dejé las mujeres y el alcohol; fueron los peores 20 minutos de mi vida” son frases que demuestran el estilo de vida de este jugador irlandés. Falleció en noviembre de 2005.

Paul Gascoigne: se calcula que el jugador inglés despilfarró alrededor de 22 millones de dólares a causa del alcoholismo y las drogas. En 2010, perdió su casa y se declaró indigente. En los últimos años ha protagonizado varios incidentes públicos.

Allen Iverson: el jugador de la NBA ganó 200 millones de dólares, pero su ostentación le costó muy caro. Viajaba con su barbero y su estilista, además de un grupo de 50 amigos a los que les pagaba desde la comida hasta los pasajes.

Mike Tyson: ex campeón de peso pesado, logró cerca de 300 millones de dólares de ganancias, pero se declaró en quiebra en 2003. Su gusto por las joyas, ropa y otros bienes, además de la adicción a la cocaína años atrás, lo llevaron a la quiebra. A esto se sumó debió gastar una gran cantidad de dinero en la defensa judicial cuando fue acusado por violación. Durante el juicio, que se extendió por tres años, no generó ingresos.

Marion Jones: múltiple medallista olímpica empezó con su caída económica cuando debió devolver las medallas ganadas en Sidney 2000 por dopaje. Además, debió pagar altas multas por competir con sustancias ilícitas. Con una condena de cárcel incluida, sus ingresos cayeron casi a cero, por lo que hasta vendió la casa de su madre.

Lawrence Taylor: linebacker del Salón de la Fama, es considerado el mejor defensivo y el mejor pagado de su época. Sin embargo, su adicción a la cocaína lo arruinó. Su fortuna llegó a 50 millones de dólares, pero se fue a la quiebra.

Andreas Brehme: fue el héroe de Alemania en la final de Italia 90, anotando el dudoso penal que cobró el árbitro Edgardo Codesal en el área de Argentina. Pero en 2014 el medio Deutsche Welle publicó que "está al borde de la ruina financiera de acuerdo a las informaciones de la prensa alemana y las declaraciones de personas cercanas a él, entre ellas Franz Beckenbauer, quien ha solicitado ayuda económica para su ex jugador en la selección de Italia 90 que él hizo campeona del mundo como entrenador".

Incluso el ex futbolista alemán Oliver Straube ofreció una particular ayuda: “Nosotros estamos dispuestos a emplear a Andreas Brehme como ayudante en nuestra firma de limpieza de canalizaciones. Allí él se enterará lo que es trabajar de verdad haciendo el aseo de los sanitarios e inodoros. Eso le servirá para enterarse de cómo es la vida y mejorar su imagen. Eso sí es ayudar a Brehme”.

Iván Zamorano: el ex capitán de la Roja chilena logró salvar la situación, pero en septiembre de 2014 Zamorano debió asumir una complicada situación económica. Desde 2013 los negocios del ex delantero comenzaron a sumar deudas, que se convirtieron en insostenibles.

El Banco de Crédito e Inversiones demandó a Zamorano por $ 1.600 millones de pesos chilenos, monto que se acumuló gracias a los préstamos que el ex goleador de la liga española pidió para mantener sus tres principales proyectos. A esa demanda luego se sumaron las de los bancos Itaú y Santander por $300 y $301 millones de pesos chilenos, respectivamente.

Todo esto se debió a que las tres instituciones consideraron que las empresas de Zamorano, las sociedades de inversiones Inca y Santa Alicia, más la Ciudad Deportiva no fueron consideradas solventes. Así, lo único que quedó fue pedir créditos indirectos, mientras Zamorano pagaba todo directamente desde su bolsillo. En mayo, la deuda llegó a ser de casi dos mil millones de pesos chilenos. Después, además recibió el apoyo económico necesario.