El mallorquín lo tenía todo a favor para convertirse en el segundo campeón español de la máxima categoría --tras Alex Crivillé hace once años en 500 cc--, ya que le bastaba con terminar entre los nueve primeros, salía desde la 'pole position' y el único rival que le podía superar matemáticamente en la clasificación, el también español Dani Pedrosa (Honda), estaba fuera de la carrera por una lesión.
Lorenzo salió muy bien y aguantó la primera posición durante varias vueltas. Además, algunos de sus rivales se lo iban a poner aún más fácil, como Casey Stoner (Ducati) que se fue al suelo en la segunda vuelta, o Rossi, que salió muy mal y perdió varias posiciones.
Sin embargo, el italiano, que con la de hoy acumula seis victorias en Sepang, demostró por qué es considerado el mejor piloto de todos los tiempos y fue adelantando rivales hasta pegarse a Dovizioso y Lorenzo, que se habían destacado del resto del grupo.
En la vuelta nueve, Dovizioso adelantó al español, que no forzó en ningún momento por temor a irse al suelo, y un giro después era Rossi el que rebasaba a su compañero de equipo. Al final, Rossi logró su victoria 105 por delante de Dovizioso y Lorenzo. Alvaro Bautista terminó quinto, igualando su mejor puesto en MotoGP, y Héctor Barberá fue undécimo.
El nuevo campeón mundial completa así un año espectacular, ya que de las quince carreras disputadas hasta ahora ha ganado siete y tan sólo una vez, en Japón la semana pasada, terminó fuera del podio.
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