Casillas dice “punto y seguido” al Madridismo

Por Gaby Alonso desde Montevideo - Twitter: @Gabriela_Alonso

“Para el Real Madrid hoy es un día, ante todo y sobre todo, de agradecimiento y reconocimiento. No se va uno de los mejores porteros de nuestro club. Hoy deja este equipo e inicia una nueva etapa futbolística el mejor guardameta de la historia del Real Madrid y de la historia del fútbol español”, señalaba el comunicado de la entidad merengue, entre muchos agradecimientos que en nada pudieron borrar la congoja de millones alrededor del mundo.

“Somos un club de 113 años y Casillas ha defendido nuestra camiseta 25 de esos años”, resaltaba. Sin embargo, a esa sala que tantas veces le vio comparecer por esto, por aquello, por las octava, la novena y la Décima Liga de Campeones, por el Mundial de Clubes de 2014, por las dos Intercontinentales, las dos Supercopas de Europa, por cinco Ligas, dos Copas del Rey y cuatro Supercopas de España… que le vio volver de la selección española como el capitán del triplete, tras haber levantado la Copa Mundial de 2010 y las Eurocopas de 2008 y 2010… a esa sala, esta leyenda viva del fútbol, llegó sola.

El culebrón llevaba ya meses. En los últimos días, debe haber salido del club unas cien veces. Sin embargo, su destino quedó marcado el día once, cuando se cumplieron cinco años del sueño Mundial y un día después, con la plantilla camino a Australia para la pretemporada, dio la cara ante la prensa, para despedirse del Madridismo.

Iker Casillas, el mito que jugó 725 partidos con la elástica merengue, que ganó el Trofeo Zamora, que fue elegido en cinco ocasiones como mejor portero del mundo y ganó el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, llegó sonriente y lanzando algún chascarrillo. Pero no tardó mucho en dejar escapar su emoción.

Antes de anunciar que leería su carta, se quebró. Y tras un aplauso cerrado y con temblorosa voz, comenzó a leer una carta durísima, no por su contenido, sino por lo que significaba.

Tras confirmar que ficha por el Porto de Portugal por dos motivos: “La ilusión que me han transmitido el presidente, el director Antero y el entrenador Julen, que nos conocemos desde hace tiempo y, sobre todo, al resto del equipo. Y segundo, por las muestras de cariño que he ido recibiendo a lo largo de que más o menos la gente podía saber ya que mi destino era Portugal. Y en ese sentido, me han ganado y he estado muy feliz y muy contento”.

Y luego se dirigió “a todos los madridistas. Después de 25 años defendiendo el escudo del equipo más grande del mundo llega un día difícil, este día, en mi vida deportiva. Decir adiós a esta institución que, evidentemente, me lo ha dado todo. Parece que fue ayer cuando con nueve años vestí por primera vez la camiseta del Real Madrid y vi cumplido mi sueño. Durante este tiempo, todo este tiempo, hemos sufrido, hemos reído, hemos llorado, hemos disfrutado juntos. Me he sentido acompañado y muy querido, tantos en los buenos como en los malos momentos”.

Dijo que desea que "por encima de recordarme como un gran portero o un mal portero, se me recuerde por ser una buena persona, con mis errores”, y resaltó que “este club no sólo me ha enseñado a ser deportista, me ha formado como persona, me ha ayudado a crecer, inculcándome los valores que defiende su escudo: el respeto, el compañerismo, el compromiso y, sobre todo, la humildad”.

Por último, y tras asegurar, con voz quebrada nuevamente, que “nunca os podré olvidar y estad seguros de que allá donde vaya seguiré gritando: ¡Hala Madrid!”, destacó que “no voy a decir adiós porque esto es un punto y seguido. Volveremos a vernos por aquí pronto”.