Todo el mundo se había tragado que el número 1 cruzaría el Atlántico y nadie había pensado en una ciudad que en 2014 quedó desilusionada por el segundo puesto de sus hijos predilectos; así que a primera hora de ayer se reunieron cuatro personas (4!) a tomar un café y pensaron algo para recibir a los tres hermanos que desde hace unos cuantos años tienen metida su ciudad en el centro del universo gastronómico y ahora vuelven a convertirla en la capital mundial de la gastronomía.
La primera cosa que decidieron fue convocar la gente en la plaza del Vi, la del ayuntamiento, y evitar repetir el caos en el Celler, como en las celebraciones de las tres estrellas Michelin (con convocatoria por SMS, ¿lo recuerdan?) y el primer número 1, en 2013. La segunda es que sería hacia falta montar un poco de performance, por lo que buscaron gorros de cocinero y los imprimieron con el lema del club de la ciudad que desea subir por primera vez a primera división: #AmuntGirona y #AmuntCeller. Luego, la alfombra roja y un equipo de música… Por un montón de casualidades todo salió redondo.
Se imprimieron 300 gorros de cocinero. Se terminaron en diez minutos. También se habían traído 200 gorros blancos, sin imprimir, por si acaso, pero pensando en la devolución. También se terminaron. Había que comenzar a las siete de la tarde. Se trataba de ponerlo fácil al sufrido sector de la hostelería. Vinieron distintos colectivos de cocineros de las distintas comarcas gerundenses, incluidos todos los que disfrutan de una estrella Michelin.
Se empezó unos minutos tarde porque desde la salida del taxi en el que llegaron hasta el centro de la plaza pasó un buen rato entre saludos y abrazos. Cuando se acercaban a la alfombra roja comenzó e tocar el inevitable We are the champions de Queen. Y de desató la euforia de aplausos. En la puerta del ayuntamiento los esperaban el alcalde y el presidente de la Diputación y todos los concejales electos. Turno de balcón y discursos, en el que salieron excelencia, equipo, ciudad, talento, mundo, universo, gastronomía, emoción, agradecimiento, etc. Los Roca salieron al balcón, acompañados de sus padres, mujeres e hijos y terminaron ondeando la bandera del Girona Fútbol Club, que solo necesita un punto para ser nuevo equipo de primera división.
Y tras escuchar la sardana Girona, ens enamora y corear el estribillo por toda la plaza, terminó el acto oficial. La salida ya la pueden imaginar. Autógrafos, fotos y selfies., entrevistas y mucha alegría.