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Alonso de Covarrubias y la Iglesia de Yepes

Por Alfredo Pastor Ugena

miércoles 26 de noviembre de 2014, 10:42h
Alonso de Covarrubias y la Iglesia de Yepes

Alonso Covarrubias (1488-1570) Este arquitecto y escultor español, “el artista de Torrijos” como le denomina Chueca Goitia,nace en esta localidad toledana en el reinado de los Reyes Católicos, conociendo asimismo los de Carlos I (1516-1556) y parte del de Felipe II (1556-1598)

Alonso de Covarrubias y la Iglesia de Yepes
Alonso de Covarrubias y la Iglesia de Yepes

Este apellido procede de la localidad medieval burgalesa del mismo nombre, perteneciente a la comarca del Arlanza, en Burgos[1] Dos de los hijos de Alonso de Covarrubias- Antonio y Diego- sobresalieron en la época. El primero fue un gran conocedor del griego y del latín. Fue profesor de Derecho en Salamanca y Consejero de Castilla. representó a España-junto a su hermano Diego- en el Concilio de Trento. Diego-retratado por El Greco- ocupó el cargo de obispo de Ciudad Rodrigo, Segovia y más tarde de Cuenca. Su cuerpo descansa en un sarcófago de mármol en la catedral de Segovia, en la capilla del Cristo del Consuelo junto a la antigua puerta mandada construir por los Reyes católicos para la antigua catedral y que hoy da acceso al claustro. Fue presidente del Consejo de Castilla. Sus grandes maestros fueron Francisco de Vitoria y Domingo de Soto ya que perteneció a la escuela de Salamanca.

El nacimiento de Alonso de Covarrubias está cronológicamente a camino entre las famosas Cortes de Toledo(1480), donde los Reyes Católicos impusieron definitivamente su autoridad-de acuerdo con la nobleza y frente a las ciudades- y proyectaron las bases institucionales del Estado Moderno(una vez resueltos en 1476, en las Cortes de Madrigal, dos problemas fundamentales: la situación económica y el restablecimiento del orden); el final de la Reconquista y el comienzo de la expansión atlántica en 1492, que dio lugar al hecho más importante de la Edad Moderna: :el descubrimiento de un Nuevo Mundo y la expansión intercontinental de España..

Su juventud se desarrolla en un contexto histórico caracterizado por la unificación peninsular y el final de la reconquista- como ya he señalado- y el establecimiento del poder imperial de la mano de Carlos V[2], las influencias italianas (llegan a nuestro país gracias a la política mediterránea de Fernando el Católico), muy bien acogido por el mecenazgo de las grandes casas nobiliarias

En el plano artístico se produce en España , a finales del S.XV una confrontación entre la tradición gótica, fuertemente arraigada, y las influencias renacentistas procedentes de Italia. La penetración de lo que de denominó “arte moderno” fue posible gracias a importantes familias como los Mendoza o los Fonseca, que sin llegar al grado de importancia de los Medici o los Strozzi- por citar algunos ejemplos- fueron muy permeables a todas las novedades que se estaban produciendo en el extranjero. Ellos se encargaron de hacer llegar a España estos aires renovadores que no sólo afectaron a las artes, sino también a los ámbitos del pensamiento.

Tres son los estilos que se dan en los tres tercios del S. XVI: Plateresco, Purismo y Herreriano, afectando los dos primeros a la formación y estilo de Covarrubias. En los últimos años del siglo XV y durante el primer tercio del S.XVI la producción arquitectónica manifiesta una dualidad formal: mientras la estructura del edificio continua siendo gótica, el Renacimiento se deja sentir en lo decorativo y superficial. Así se configura un estilo protorenacentista denominado tradicionalmente Plateresco, por lo similar con la labor de orfebres y plateros y por su gran minuciosidad.[3].Se caracteriza por fusionar el gótico con una interpretación muy libre de los elementos clásicos. En los soportes domina el uso de columnas abalaustradas y pilares con capiteles corintios y fustes lisos o decorados con grutescos. Los arcos son mayoritariamente de medio punto y carpaneles

El Renacimiento penetrará poco a poco, desde arriba, y a lo largo del silo XVI será digerido y asimilado por la cultura e idiosincrasia hispánica, produciendo un Renacimiento diferente, español Este se desarrolló en el seno de la Corte, la alta Iglesia siguiéndola moda del Papa y la Monarquía pero no como resultado de una evolución cultural del país. Estas clases altas impulsarán “este arte nuevo” en medio de un ambiente todavía gótico instrumentalizándolo al servicio del poder.

Durante el siglo XVI se abandona la ornamentación del plateresco y se busca una mayor austeridad y más claridad estructural, anulando conceptos góticos. Así se dio paso al purismo.[4] En la arquitectura purista predominaron las formas clásicas y lo estructural o meramente arquitectónico sobre la ornamentación. Cobraron protagonismo la monumentalidad, el equilibrio, la grandeza y la armonía de las proporciones y, en la estructura, se dio preferencia a los arcos de medio punto, las bóvedas ovaladas, las baídas y las de cañón.Gana la intensidad del relieve pero ciñéndose a los encuadres de los vanos y a los elementos arquitectónicos en lugar de abarcar toda la superficie de los muros. A la vez se advierte una mayor preocupación por las proporciones. Así va entrando poco a poco el Renacimiento conceptual bajo la influencia de Bramante. El primero en iniciar este cambio es Alonso de Covarrubias,

Éste recibió su primera formación en Toledo, de la mano de Antón Egas (con el que colabora en 1514 en la construcción del Hospital de Santa Cruz de Toledo). De Juan Guas recibió los conocimientos para introducirse en el mundo del arte. Completa su formación con enseñanzas e influencias, entre otros, de Diego de Siloé, Diego Riaño, Rodrigo Gil de Hontañón, Vasco de la Zarza y Francisco de Baeza ( de quien aprende el carácter recargado de la ornamentación plateresca y con quien colaboró entre 1515 y 1517 en la construcción de la catedral de Sigüenza), entre otros. Su aproximación al Renacimiento proviene de los gustos meramente formales sin entrar en las consideraciones teóricas que subyacen en el movimiento renacentista.

El arte del Renacimiento en España será promovido por la monarquía, la iglesia y la nobleza. Alonso Covarrubias sufre una transformación paulatina que le llevará desde los modelos tardogóticos de sus primeras intervenciones, hasta las formas clasicistas más severas, después de una fase de intenso decorativismo a base del repertorio renacentista. A partir de los años 40 se produce un cambio radical en su arte, que se puede constatar en obras como el Hospital de Tavera (Toledo) de parámetros más clasicistas.

En 1526 firmó su primer contrato en Guadalajara para la construcción de un convento. En 1531 interviene en la capilla de los Reyes Nuevos de la catedral de Toledo, realizando aquí su primera gran obra (uno de cuyos capellanes más insignes sería con el tiempo, concretamente en 1653, Calderón de la Barca). Entre 1532 y 1534 interviene en la sacristía mayor de la catedral de Sigüenza.

Uno de los mayores triunfos de su vida artística lo consigue precisamente en este año de 1534 cuando fue nombrado maestro mayor de la catedral y diócesis de Toledo (precisamente este mismo año comienzan las obras de la iglesia de Yepes) lo que le trajo consigo el que le encargaran múltiples obras, especialmente las dependientes de ambas instituciones. Este nombramiento se completó tres años después, en 1537, con el nombramiento de arquitecto de los Reales Alcáceres, es decir “arquitecto real”,cargo que compartió hasta 1543 con Luis de Vega, quedando desde esa fecha responsable del área de Toledo.Su labor fundamental como maestro de las obras reales en Toledo se concreta en el Alcáazar.

Covarrubias es uno de los grandes motores del cambio de pensamiento en la arquitectura española del siglo XVI , desplazando poco a poco a los modos góticos. Al servicio del cardenal Fonseca y Tavera será el maestro de obras más importante de toda Castilla.

En la provincia de Toledo trabajó, por ejemplo en Ocaña, donde hizo el claustro del monasterio de Santo Domingo, en la iglesia jerónima de Santa Catalina de Talavera de la Reina, en la iglesia de la Concepción Franciscana de la Puebla de Montalbán, (“ Su asimilación de las teorías renacentistas llega a su perfección en las obras de estas localidades”) en la sacristía de la parroquia de Almorox, en la casa de don Diego López de Ayala de Casasbuenas, en el ayuntamiento y parroquia de Illescas, la de Corral de Almaguer y la torre de la de Olías del Rey

Ese mismo año de 1534 y hasta 1570 (cuando se produce su muerte en Toledo, momento hasta el que estuvo trabajando) se encargó de la construcción de la parroquia de San Benito Abad de Yepes[5], por encargo del cardenal Tavera. -quien autoriza la construcción- que ya había madurado Fonseca. Las obras finalizarían en 1690.Paralelo a este encargo, realiza el de la "sacristía de las cabezas" en Sigüenza, y la colegial de Baeza.

Yepes es por entonces tierra de señorío dependiente del arzobispado de Toledo[6], Limitaba su término con la villa de Ocaña , capital de la orden de Santiago y con la pequeña población de Ciruelos, enclave de la orden de Calatrava , en cuya iglesia fue enterrado Raimundo de Fitero, su fundador.

Tenemos que recordar que Yepes será tierra de señorío desde que Alfonso VII cedió la villa, en 1213, al Arzobispo de Toledo, Jiménez de Rada hasta la época de Felipe II, que se transforma en tierra de realengo. Este monarca vendió la villa posteriormente al propio Concejo municipal: “con licencia del Papa Gregorio XIII, Felipe II en 1576.Yepes fue siempre, por privilegio real, gobernada por el Estado Llano; en su Concejo los hidalgos no tuvieron parte, constituyendo esto una excepción.

Cuando comienza la construcción de la iglesia, en 1534, Yepes tenía una población muy importante cercana a los 5000 habitantes, -prácticamente igual que en la actualidad-en una España de 8 millones de habitantes, debido, entre otras actividades a la riqueza del vino e industrias artesanales derivadas y tierras de pan llevar. Podemos decir que Covarrubias se dedicó de por vida al seguimiento de esta parroquia conocida como “La Catedral de la Mancha” y cuya construcción, se desarrolló durante el mandato de los cardenales siguientes: Alonso de Fonseca (1523-1534), Juan Pardo Tavera (1534-1545), Juan Martínez Silíceo (1545-1557) y Bartolomé Carranza y Miranda (1558-1576), mientras la villa es tierra de señorío.

Esta localidad es en la actualidad un pueblo blasonado por la tradición y presencia, en gran parte, de su legado histórico. Son ejemplos de ello: la iglesia del Hospital de la Caridad (siglo XVI donde también trabaja Covarrubias),el hospital de San Nicolás (siglo XVII), el convento de las Carmelitas Descalzas y las ermitas de San José (siglo XVII), y la ermita de San Sebastián (siglo XVI), entre los edificios religiosos.Existe además una casa Señorial de estilo Herreriano del Siglo XVII.

En el casco histórico (declarado zona histórico-artístico) permanecen los restos de la muralla cerrada por cuatro puertas denominadas: “la Lechuguina, de la Villa, de San Miguel (de Madrid), de Toledo (de la Virgen del Carmen)” Este recurso fue.Plaza Mayor.

En la plaza mayor, cuadrada y amplia- emulando las plazas barrocas-se han ubicado siempre los poderes laico y eclesiástico. En ella se encuentran varias viviendas del siglo XVIII construidas sobre soportales de estilo Neoclásico. Cuenta además esta localidad con un rollo o picota situado sobre una gradería de cuatro escalones, del que sólo quedan restos consistentes en un haz de columnillas entre las cuales van talladas medias perlas. La parte alta del haz y el remate del monumento desaparecieron. Es de estilo Gótico del Siglo XV. Entre intramuros se encuentra también una Torre Albarrana del siglo XIV.

Yepes es una localidad importante de la mesa de Ocaña, entre sus muros se firmaron los esponsales de los Reyes Católicos y son naturales de la villa o están vinculados a ella importantes figuras de las artes y la literatura: San Juan de la Cruz (es su patria chica), Fray Diego de Yepes (confesor de Felipe II y Santa Teresa de Jesús), Luis Tristán (discípulo del Greco), -cuyos extraordinarios lienzos presiden el retablo del altar mayor- y Calderón de la Barca, a quien esta villa encargó, en 1637, el auto sacramental "El Mágico Prodigioso", para representarla el día del Corpus Christi. Góngora , Jorge Manrique o Quevedo., entre otros insignes escritores, ensalzan en sus obras la riqueza y calidad de los vinos de Yepes

La monumental iglesia de la villa de Yepes viene a llenar los intereses religiosos de una feligresía muy abundante que la pequeña iglesia existente, ruinosa e insuficiente en esta época, no podía cumplimentar. De estilo plateresco y diseñada por Alonso de Covarrubias, es una de las más importantes de la provincia y también de las más interesantes de España por sus proporciones y singular belleza. Su esbelta torre domina gran parte de la Mesa de Ocaña y es una invitación constante a visitarla. El conde de Cedillo, historiador de los monumentos toledanos, dice de ella que es la mejor de la provincia y una de las mejores de España.

Ante esta situación los arzobispos de Toledo, se plantean la construcción de una nueva. La empresa que se intenta realizar supone un gran esfuerzo de todo tipo. La intención es hacerla con la limosna de los fieles y la ayuda del Concejo; y la de los propios Señores de la Villa.

Por estas fechas trabaja en Toledo el famoso arquitecto Alonso de Covarrubias, toledano, "maestro en el arte de construir" a las órdenes del Cabildo Primado de cuya catedral es maestro de obras. También trabaja con el Emperador Carlos. El Cardenal Fonseca encargó a Covarrubias el proyecto o traza del templo y lo aprobó en escrito de 1532.

En la traza de la iglesia de Yepes, Covarrubias utiliza los nuevos elementos artísticos como hicieron sus contemporáneos, que fueron, en un principio, los mismos que habían hecho los grandes templos góticos de finales del siglo XV. Combina armoniosamente los elementos estructurales del gótico - pilares con medias columnas adosadas al muro y cubiertas de bóvedas de crucería del último período de las que surgen nervaturas que semejan gigantescas palmeras que se abren en los altos techo - y los elementos renacentistas, pilastras con capiteles jónicos, arcos de medio punto, florones y adornos.

Las características de la iglesia de Yepes son las siguientes: veinticuatro esbeltas y elegantes columnas sostienen las tres elevadas naves, ligeramente más elevada la central, y las catorce capillas, dos de cabecera y las restantes en las naves laterales, aprovechando los huecos entre los botareles de descarga de la obra. La grandiosa fábrica es toda ella de sillería con ábside en la Capilla Mayor y tres puertas de entrada; la principal dedicada a San Benito Abad, (“titular de la Parroquia”), al mediodía la portada de la Asunción y al poniente la tercera llamada del Álamo, que sirvió en 1725 para unir al templo la capilla del Cristo de la Vera Cruz. .En su interior es muy interesante el enrejado renacentista.

Sirven de pórtico protector a las portadas grandes arcos de medio punto. La torre de unos 60 metros de altura, situada a la izquierda de la portada de la Asunción, es obra de sólida construcción, de grandes sillares, dividida en tres cuerpos con ventanas platerescas en los dos primeros, al mediodía y al poniente, pareja de arcos semicirculares para las campanas en cada fachada del tercer cuerpo y antepecho abalaustrado de columnillas que coronan este mismo cuerpo, terminando la torre en agudo chapitel empizarrado.

Las obras no comenzaron antes de 1534, cuando ya había fallecido el Cardenal Fonseca que firmara la carta fundacional. Debieron empezar en el pontificado de su inmediato sucesor D. Juan Pardo Tavera. Existe una provisión de este Arzobispo fechada en Toledo el 13 de junio de 1534 por la que se autoriza "hacer una iglesia nueva en Yepes porque la que hay es pequeña". A mi juicio debe entenderse como una confirmación de la carta fundacional de su antecesor.
Que las obras comenzaron en el pontificado del Cardenal Tavera lo confirman sus armas labradas en las ventanas del mediodía y del poniente del primer cuerpo de la torre.

Comenzada la construcción de la nueva iglesia no se procede a la demolición de la antigua que coexiste con la obra. Bien entrado el año 1560 todavía coexisten ambas iglesias, y dos años más tarde desaparece totalmente la antigua al reanudarse las obras que llevaban varios años paralizadas.

Entre las personas y entidades que intervienen en las obras- como ya he indicado anteriormente- están los arzobispos de Toledo, señores de la Villa, que siempre siguieron con gran interés los trabajos de construcción de la Iglesia, y ayudan a ello con las penas de Cámara y rentas de la villa que dejan de percibir y a las que tienen perfecto derecho como señores de ella. También acuden en socorro de la obra con diversas cantidades de la Mesa Episcopal.

En 1552 está completada la capilla Mayor y gran parte de la nave central, quedando mucha obra por terminar cuando el cardenal Silíceo bendijo la Iglesia, gobernando la cristiandad el Papa Julio III, en el segundo año de su pontificado supremo, siendo Rey de España el Emperador Carlos V, Gobernador de la villa, por los arzobispos de Toledo, el doctor Diego de Soto y alcaldes ordinarios D. Juan de Robles y D. Diego de Mora.

Muerto en 1557 el cardenal Siliceo y habiendo tomado posesión de la archidiócesis el arzobispo Fray Bartolomé de Carranza y de Miranda (1558), estando en el primer año de su pontifica "promete ayudar las obras de la Iglesia como lo han hecho sus predecesores" y envía a una persona de su confianza para que visite las obras y compruebe in situ la necesidad que tienen de ayuda, prometiendo dejar para tal fin los ingresos de Cámara. Parece haber venido a Yepes, este cardenal, cuando se estaban levantando los contrafuertes exteriores que dan a la plaza Mayor. En uno de ellos quedó para la posteridad su escudo episcopal.

El cardenal Gaspar de Quiroga y Vela (1512-1595), ya a finales de siglo, juega un papel importante en la finalización de los trabajos. Se preocupa del acabado de la torre y la sacristía, concede y autoriza créditos de financiación, pero no le es posible ver culminado sus proyectos porque, como siempre ocurría, no había dinero.

En el proceso de la construcción de la iglesia hay que destacar de forma especial la labor del Concejo de la Villa, sobre quien recayó el verdadero peso de la construcción de la iglesia,desde el primer momento de iniciarse las obras de la Iglesia hasta su culminación.

Entre los sistemas de recaudación empleados por el Concejo-verdadero canalizados de todas las ayudas económicas- están las de hacer los repartos y las sisas, gravar con un canon las industrias locales, recargar las ventas de las carnes, dehesas comunales, aceñas y molinos de aceite y contribuir anualmente con 400 ducados de sus propios; es el colector de las limosnas de los fieles. En numerosas ocasiones presenta a los Prelados memoriales detallados de las obras con sus necesidades, e incluso solicita autorizaciones para echar repartos recurriendo al amparo del propio Rey solicitando permiso para echar sisas a los vecinos cuando los procedimientos y cantidades escapan a sus facultades administrativas.

Por último hay que destacar la labor de los fieles y sus aportaciones económicas. El pueblo llano respondió con toda generosidad a la obra de construcción de su Iglesia con sus personas y sus limosnas en la medida de sus posibilidades; a veces en tiempos adversos a su economía. Vivían con el corazón puesto en su Iglesia y estos amores y anhelos fueron pasando de generación en generación hasta la culminación de la obra, motivados por una fe cristiana profunda,

Los estamentos nobiliarios, especialamente los hidalgos de la villa, enconados en sus privilegios estamentales. se niegan a participar en los numerosos repartos y sisas que se hacen, aunque sean con licencia real, alegando siempre que van contra sus derechos. Todo esto tenía una raíz muy profunda. No querían mezclarse con el pueblo llano que tenía el privilegio de los cargos de gobierno de la villa, cargos de los que estaban excluidos precisamente por ser del estado noble, habiendo perdido siempre las reclamaciones que hicieran a los Prelados, quienes siempre fallaron en su contra.

Las últimas obras realizadas ( pertenecen al final del último tercio del siglo XVII y primero del XVIII ) fueron el remate de la torre, la sacristía y portadas.

Respecto al coro, los primitivos planos contaban con levantar un “coro alto” que no llegó a hacerse. Pueden observarse dos arranques del futuro coro en las columnas adosadas a las naves laterales, casi a los pies de la Iglesia. A mediados del siglo XVIII se levantó el “coro bajo”, casi en medio de la Iglesia, ocupando el espacio comprendido entre cuatro de las columnas centrales del edificio.

[1] En el siglo X, el primer conde independiente de Castilla, Fernán González y su hijo, el conde García Fernández, convertirán a Covarrubias en capital del primer Infantado de Castilla y cabeza de uno de los señoríos monásticos más importantes. Podemos decir que esta localidad es la cuna de Castlla.

[2] Carlos V determinó de forma involuntaria un rasgo peculiar del Renacimiento español. Anuló el poder de las villas y ciudades, reforzando el de la nobleza, cada vez más numerosa, ostentosa, enriquecida e influyente, lo que revirtió en que-además de la monarquía y la iglesia- fueran las grandes familias de la nobleza (al no existir el protagonismo municipal y burgués) grandes demandantes de palacios, monumentos funerarios , escudos para exhibir la dignidad de su linaje, capillas privadas para expresar su fervor religioso, etc

[3] Coincide cronológicamente con el primer tercio del S. XVI y, aproximadamente también con el final de reinado de los reyes Católicos y el inicio del poder imperial de Carlos V. En este momento se desarrollan elementos renacentistas sobre estructuras góticas. Se utilizan las “facahadas-retablo”,los grutescos y las columnas abalaustradas, entre otros elementos

[4] Se trata del Renacimiento imperial., cuyas características más relevantes son: preferencia por el arco de medio punto, olvidando las formas ornamentales del gótico final.Cubiertas de cañón con casetones y bóvedas vahídas para sustituir a las de crucería del período anterior. Aumento del volumen de la decoración escultórica respecto al grutesco y que, a diferencia de éste se va a encontrar en los vanos y puntos destacados de las fachadas .Previamente se había producido en España un estilo con mezcla de Gótico final, mudéjar y las primeras formas decorativas del Renacimiento, es el denominado “Estilo de los Reyes Católicos”, también presente en algunos escenarios arquitectónicos de primer orden.

[5] Localidad que ,debido a su pujanza durante los siglos XVI y XVII, hará que reciba el apelativo de "Toledillo”

[6] El Arzobispado de Toledo en el siglo XVII comprendía la práctica totalidad de las actuales provincias de Toledo, Ciudad Real y Madrid, buena parte de las de Guadalajara y Cuenca, áreas en las de Albacete, Cáceres y Badajoz, así como algunos enclaves en Ávila, Jaén y Granada, además de las plazas norteafricanas de Oran y Mazalquivir. Esta considerable extensión obligo a los titulares de la Sede a ir formando una red de audiencias judiciales por todo el territorio para hacer efectiva la administración de justicia eclesiástica

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