Son incontables los niños, muchachos y adultos jóvenes (y no tan jóvenes también) que veo en el metro, en la sala de espera de mi consulta y en cualquier lugar empecinados en contarle al mundo sus pensamientos, o en derrotar a la pequeña máquina que los reta a un verdadero duelo cibernético a través de los diversos juegos existentes, pulsando sobre los diminutos teclados de su teléfono celular, PC portátiles, o tablets, etc.
Pareciera haber una tácita interferencia entre los tendones y músculos de sus dedos y sus cerebros; (una desconexión total del mundo y del prójimo), como que el uso de aquellos inhabilitara a éstos. Hay veces que es asombrosa la demostración de destreza con los pulgares, para mantener en juego una pelotita o la supervivencia del monito que se encuentra en peligro en su cibernética entretención.
Aviones, armas letales, animales omnívoros, etc, todos ellos son manejados a voluntad con solo un click de sus dedos. La mensajería de texto y whatsapp se expresa también con sus pulgares con pasmosas vertiginosidad… hasta que el metro frena…Hay veces en que en mi trabajo mientras examino a un niño, su joven padre o madre han llegado incluso al punto de decirme: atiéndalo no más, estoy terminando este nivel… Es como para decirles al final de la prestación médica: Game Over !!