Bodegas Río Negro, Vinos de Pago

No fue tarea fácil recuperar la tradición vitivinícola que tuvo Cogolludo, tiempo atrás, mucho antes de que la filoxera arruinara los viñedos en todo su término municipal. La empresa no hubiera tenido el fin deseado, sin los consejos y el trabajo del sabio investigador enológico Juan Mariano Cabellos que es quien supervisa y asesora - con permiso de Dionisos-, viñedo y lagar en Bodegas Río Negro. El empeño y el trabajo (sin horas), de los Fuentes y su enólogo, son los culpables del reconocimiento que están teniendo los vinos de esta joven bodega de Guadalajara. La fundación de Bodegas Río Negro se remonta a finales de los años noventa, fecha de su construcción en la zona más elevada del predio Finca Río Negro. La hacienda que aloja la Bodegas Río Negro es una joya paisajística, atravesada por el río que le presta el nombre. Sus 600 hectáreas de extensión, propiedad del paterfamilias de los hermanos Fuentes, está jalonada de jarales, pinos, encinas y robles; muy próxima a los pueblos de la Arquitectura Negra y al Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, próxima a la Sierra de Ayllón, y es limítrofe con las provincias de Segovia, Soria y Guadalajara.  Los viñedos de la Bodega Río Negro se sitúan a 1.000 metros de altitud, y son los únicos que  crecen en  90 Km. a la redonda. Las parcelas de viñas de Bodegas Río Negro se asientan en tierras muy pobres en nutrientes, de composición calcáreo arcillosa, con grava y canto rodado en algunas zonas. La plantación de las distintas variedades se hizo en espaldera a un solo brazo, y cada una de ellas lo hizo en las tierras adecuadas, según indicaron los estudios edafológicos del terreno, que fueron encargados al Instituto de Investigación de la Viña y el Vino de la Universidad de León. Para conseguir la mejor adaptación de las distintas castas al terreno, se consideraron parámetros como la altura y la orientación más favorables del viñedo; y una vez se tuvo certeza de su idoneidad, se hicieron las plantaciones, alrededor, y a escasos metros de la bonita bodega que se mimetiza con el paisaje. En la actualidad, y después de distintas actuaciones en la propiedad, las vides plantadas totalizan 42 hectáreas. De ellas, 32 hectáreas son variedades tintas donde reina un extraordinario Tempranillo, que ocupa aproximadamente el 60% de la superficie.

El resto, lo integran las variedadesfrancesas Cabernet Sauvignon,  Merlot y Syrah. Las otras 10 hectáreas se han plantado con una vid blanca de origen centroeuropeo y emperatriz de la Alsacia: Gewürztraminer (la especiada), que ha encontrado en Finca Río Negro su tierra de promisión. Otras castas, que no ocupan más de media hectárea, se han plantado también de forma experimental.

Por el momento el druida Cabellos ha elaborado dos vinos de distinto color. Son vinos distintos, muy bien hechos, con mucha personalidad. Son Vinos de Finca. Vinos de Terroir… (¡y a muy buen precio!).

El Río Negro 2010 (Tinto), es un ensamblaje de Tempranillo 60%, con Syrah, la señora del Ródano 20%;  y las bordelesas Cabernet Sauvignon 10%, y Merlot 10%. Este tintazo, vino icono de Bodegas Río Negro, ha tenido una crianza, sobre lías durante 12 meses, en barricas  de tostado medio de roble francés Allier, y americano. Posteriormente maduró en botella otro tanto, hasta salir al mercado. (Es preciso puntualizar que las proporciones varietales en el ensamblaje y crianza, variará a criterio del panel de cata presidido por Juan Mariano Cabellos, según sean cada año las características del fruto, y su posterior evolución tras la fermentación tumultuosa y malo láctica).

Este Río Negro 2010 Tinto  esun vino potente, carnoso. Tiene fruta negra por doquier, los taninos están presentes - pero muy maduros -, lo que posibilita el formidable paso de boca y un persistente posgusto. Su gran equilibrio acidez-alcohol le garantizará vida prolongada. 

Aunque todavía no está en el mercado, les adelanto una primicia que será en breve una agradable noticia para los ‘locos’ de la variedad Gewürztraminer (entre los que me encuentro). Se trata de Río Negro 2013 (Blanco), monovarietal de Gewürztraminer. (¡Impresionante! por su elegante rareza. Muy distinto a otros blancos de su ‘raza’ criados, por poner algún ejemplo en la D.O Somontano).

Es un blanco pleno de aromas primarios de flores y fruta blanca, sumados a los propios del proceso posfermentativo. Amable en el paso de boca, se aprecian toques dulces a pesar de carecer prácticamente de azúcar residual. Es agradable hallar recuerdos especiados, tan propios de su ADN.

Es un blanco muy largo para carecer de crianza en madera. (Será un milagro si encuentran una botella perdida en alguna vinoteca, porque la edición del 2012 se agotó en su integridad al poco de salir al mercado). La añada del 2013 la podremos disfrutar dentro de un par de meses, cuando repose y redondee en botella el tiempo necesario. Por si acaso, les aconsejo que no se duerman… porque el que escribe, ha tenido la fortuna de catarlo En Premier, y les aseguro que ‘ya’ está de cine.