En concreto, el descenso ha sido de un 4%, un 20% del total de bebedores de bebidas espumosas declaran preferir el vino a otras bebidas frente al 24% que lo hacían unos meses atrás. La razón está en que esas otras bebidas, en especial la sidra, están ganando cada día más adeptos rápidamente, un 10% más en tres meses, nada menos.
Desde hace cinco años el consumo de vino espumoso en el mercado británico no había parado de dar buenas noticias. En el periodo entre 2009 y 2014 aumentó el volumen de ventas en nada menos que 6 millones de botellas, hasta alcanzar los 110 millones de botellas en 2013 y los cerca de 21 millones de consumidores declarados de vinos espumosos. Este aumento benefició especialmente al Cava y al Prosecco, por encima del Champagne, que llegó a perder hasta 34 millones de botellas a favor del vino español e italiano, que sumaron importantes crecidas de consumo.
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