Por Gaby Alonso - Twitter: @Gabriela_Alonso
Se respira fútbol ni bien se llega a los alrededores, pero la sensación de atravesar sus puertas para internarse en sus gradas, es increíble. Aun con la sensación de ser una hormiga en el gran coloso de cemento que a simple vista nadie diría que le han quitado sillas, se pueden revivir, con apenas cerrar los ojos, cientos de historias. Es la magia del Maracaná. Emociona, y lo hace al punto de permitirnos soñar con la gloria, mañana y el próximo año.
Brasil, que estrenó este estadio en el amistoso ante Inglaterra del 2 de junio, entrenó por primera vez, pues no lo ha pisado en toda la Copa, a pesar de ser el local. Entrenaron en dos grupos, con los porteros por separado y si Neymar.
España, por su parte, entrenó con la misma división y con toda la plantilla a disposición de Del Bosque, incluidos Cesc Fábregas, ya recuperado, y Piqué y Sergio Ramos que en el último movimiento estuvieron al margen por precaución.