¿Quien te quita lo bailado?

Por Gaby Alonso - Twitter: @Gabriela_Alonso  

Los Toa Aito, guerreros del fútbol en tahitiano, se han ganado un lugar en el festival de los campeones, el gran ensayo para la Copa Mundial FIFA de Brasil 2014, por haberse coronado campeones de la Copa de Oceanía, y han logrado convertir un gol en el primer partido ante Nigeria, donde cayeron derrotados por 1-6.

Pero mientras para muchos eso no vale nada, y la abultada derrota significa mucho, estos guerreros que buscan superarse día a día y que saben la calidad de los rivales que tienen en frente, lograron el histórico y anhelado tanto de la mano de Jonathan Tehau, a los 54 minutos de juego y se medirán ahora ante España este jueves y con Uruguay el domingo, para cerrar el grupo.

El partido ante La Roja se disputará en el mítico Maracaná, un estadio del que cualquier aficionado al fútbol en el mundo, sabe que tiene una historia grabada en sus paredes, y que no se parece en nada a lo que los oceánicos están acostumbrados: jugar ante un promedio de 200 espectadores. Ese número ya fue elevado a seis mil ante los campeones africanos, pero frente a los campeones del mundo, lo harán ante la abrumadora suma de 60 mil asistentes.

Estos pueden parecer apenas números, sin embargo, de números es que conocen muy bien los 23 guerreros tahitianos, pues mientras en el otro lado del mundo nos hemos acostumbrado a que el fútbol es profesional, o intenta serlo, y por eso los futbolistas viven de eso, estos hombres son auditores financieros, profesores, repartidores, estudiantes y nueve, incluido el capitán Nicolás Vallar, están desempleados. Todos ellos verán cumplido un sueño que comparten con cualquier niño del mundo: jugar en Maracaná. Y lo harán, ni más ni menos, que ante los campeones del mundo.

FIFA se ha encargado permanentemente de resaltar el espíritu de superación de los próximos rivales de España, y coloca algunos ejemplos: Marama Vahirua es el único que da prioridad al deporte, y meses antes de partir a la Copa Confederaciones,  se unió al Panthrakikos, un equipo amateur de Grecia.

El autor del gol ante Nigeria, Tehau, por su parte, apura sus tareas como distribuidor de golosinas para ir a entrenar por la tarde, aunque reconoce que “el fútbol para mí sigue siendo una actividad de ocio, una pasión, en ningún caso algo más importante que mi trabajo”, del mismo modo que sucede con Teheivarii Ludivion, dedicado a la reparación de tejados y columnas de puentes.

Tahití se ha ganado varios adeptos en esta Copa Confederaciones a raíz del esfuerzo que han realizado para llegar aquí, pero para algunos aun resulta extraño ver la poca difusión que tiene el fútbol en ese país, donde hasta Mikael Roche, portero suplente, reconoce que a pesar de ser profesor de educación física, con sus alumnos “no hago especial hincapié en este deporte. Sólo tengo tiempo de entrenarme por la tarde, después del trabajo”.

Cualquiera pensaría que alcanza con saber que juegas contra el campeón del mundo para motivarte como futbolista, sin embargo hasta el propio seleccionador Eddy Etaeta, sabe que solo eso no alcanza, y dentro de las posibilidades de un equipo que se diferencia bastante del resto de los competidores por las razones antes mencionadas, reconoce que les coloca grabaciones a sus dirigidos con ruidos de gradas repletas de aficionados y fotos de las estrellas españolas en las paredes de los vestuarios.

Tahití podrá quedar fuera, o lograr la hazaña de ir a semifinales, algo que a priori parece difícil por la abultada goleada ante Nigeria y la experiencia de sus próximos rivales, Uruguay y España. Sin embargo, y como dice el dicho: “Quién te quita lo bailado?”.