Vuelve a latir el mítico Maracaná: Modelo ecológico y arquitectónico

Por Gaby Alonso - Twitter: @Gabriela_Alonso  

Si bien la inauguración oficial del estadio será el próximo 2 de junio cuando Brasil reciba a Inglaterra en un amistoso internacional, Ronaldo esperaba con ansias este partido, según confesó durante la presentación de la Copa de los Campeones el pasado lunes en Madrid, y salió victorioso. Este domingo, él y sus amigos golearon 8-5 a los de Bebeto en un partido en el que lejos de importar como jugaba cada uno, e incluso del hecho de que los espectadores pudieron deleitarse con dos goles y varios regates de quien aun es el máximo goleador de la historia de los mundiales, lo que más se destacaba era la reapertura del mítico estadio Maracaná tras una importante remodelación que le preparó para los grandes eventos deportivos de los que será sede el país más grande de Sudamérica, en los próximos años: Copa Confederaciones FIFA Brasil 2013, Copa Mundial FIFA Brasil 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

A la inauguración de este estadio, donde España disputará su segundo partido por el grupo B de la Copa Confederaciones el próximo 20 de junio ante Tahití, asistió la actual presidenta Dilma Rousseff, y su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, junto al gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, y otros políticos, quienes ovacionaron al obrero Antonio Pereira, el obrero escogido para dar el puntapié inicial.

Mientras los asistentes a la reapertura del Maracaná observaban varios vídeos sobre la historia del estadio y las obras desarrolladas desde 2010 rumbo a estas grandes citas deportivas, cantantes de zamba amenizaban el acto al son de himnos de las hinchadas cariocas e inmediatamente después, tras magníficos juegos de luces, apareció el fútbol.

Aquel estadio que en la final de 1950 se decía que albergaba 200 mil almas, y que fue adaptado con los años a las normativas FIFA, tiene capacidad ahora para 76.935 y su remodelación le ha costado al estado cerca de 400 millones de dólares, puesto que solo conserva la fachada original, pues los dos antiguos pisos de gradas ovaladas, son ahora una tribuna continua, más cercana al césped y sin puntos ciegos.

La importante inversión hace del Maracaná uno de los estadios más modernos del mundo, pero también, un gran modelo a seguir por su arquitectura y construcción ecológica: Posee un  nuevo césped resistente a cambios de temperatura, que fue cultivado desde octubre en un vivero de Saquarema, un sistema de drenaje que aguanta trombas de agua de 230 milímetros de lluvia por hora, (el doble de los volúmenes normales de precipitaciones de diciembre y enero en Río). El 75% de los materiales de la demolición se han reutilizado en la nueva obra y en obras públicas y los asientos que se retiraron de la vieja construcción, han sido aprovechados en otros estadios.

La madera es del sello Forest Stewardship Council (FSC), proveniente de bosques que proporcionan beneficios ambientales, sociales y económicos, y tanto el cemento como el acero tienen contenidos reciclados.

Con el barro que se consiguió de la perforación de los cimientos se han creado 2,1 millones de ladrillos y 560 mil tejas para otras obras y tanto la iluminación, como los ascensores y las escaleras mecánicas están predispuestos para ahorrar costos.

Varios paneles solares recubren al renovado Maracaná para reducir el consumo eléctrico y su nueva cubierta es capaz de recoger el agua de la lluvia para que esta pueda ser reutilizada en los baños y la limpieza.

Pero como todo, Maracaná también tiene su lado oscuro: cuatro meses de atraso según el calendario FIFA en estas grandes obras que han sido producto de varias huelgas de los empleados por las condiciones laborales y por problemas de un consorcio que abandonó las obras en 2012 en medio de un escándalo de corrupción donde debieron renunciar varios integrantes del gobierno. Así mismo, la remodelación también afrontó constantes protestas de la población indígena y de grupos sociales que se oponen a la demolición de edificios aledaños para la construcción de un estacionamiento que ha quedado pendiente para la Copa Mundial FIFA de Brasil 2014.

Dejando esto de lado, Brasil cuenta ahora con cinco de los seis estadios de la Copa Confederaciones listos, aunque debe presentar doce para la máxima cita del próximo año.