Exhibición de Nadal ante Federer

Desde que el manacorí retornó a las pistas, los mensajes que ha enviado han sido de paciencia y tranquilidad sobre el regreso a su mejor forma, pero lo cierto es que de momento sus resultados le avalan. Así, con dos títulos en bolsillo de tres finales en la tierra batida, en Sao Paulo (Brasil) y Acapulco (México), apabullando en esta última a David Ferrer en la final, el examen ahora era en la pista dura, donde sus rodillas podrían sufrir más.

    Sin embargo, el exnúmero uno del mundo ha ido de menos a más, y después de sufrir mucho ante un jugador que venía muy lanzado como el letón Ernest Gulbis, afrontaba todo un test ante Federer, con el que no se medía precisamente desde el año pasado en la misma cita cuando cayó en las semifinales por un contundente 6-3, 6-4, y con el que iba a jugar por vigesimonovena vez en su carrera.

   Pero Nadal estuvo a gran nivel y, si bien recibió la 'ayuda' del de Basilea, que no tuvo su mejor día, su victoria con tanta facilidad le servirá al español para dar un paso hacia delante en lo anímico. El balear apenas sufrió con su servicio y fue un continuo martirio para el suizo cuando le tocó restar, con un agresividad que planteó muchos problemas a su rival, que hincó la rodilla demasiado pronto.