Manuel Pellegrini acudió a las tan mencionadas rotaciones para afrontar el partido en Rusia dejando en la Costa del Sol a Saviola y Joaquín y en el banquillo a jugadores tan importantes como Isco o Weligton. Bounanotte, Seba Fernández, Roque Santa Cruz y Onyewu fueron las estrategias en apuestas por las que optó el técnico chileno para sacar algo positivo de su visita al frío estadio Petrovski.
Y lo consiguió. En el minuto nueve el conjunto blanquiazul ya estaba por delante en el marcador. El primer gol llegó después de que Bounanotte aprovechara un servicio de Seba Fernández desde banda derecha y un perfecto movimiento de Roque Santa Cruz en el primer palo para rematar al fondo de las mallas. Corría el minuto ocho y el Málaga comenzaba a dar unas sensaciones inmejorables. Tan sólo un minuto después el panorama se aclaró más si cabe. Malafeev se disfrazó de Papá Noel y le regaló un balón a Santa Cruz para que éste cediera a Seba Fernández, que remató a placer.
Con el 0-2 en el marcador el Málaga dio un paso hacia atrás y buscó sorprender a la contra defendiendo su portería con el oficio que le está caracterizando en esta Champions. Pero el Zenit debía quemar sus últimas naves para ganar las apuestas y tras el descanso se fue descaradamente a por el partido.
Danny comenzó a aparecer y los rusos a generar más fútbol. A los cinco minutos de la reanudación el jugador portugués recortó distancias tras una buena jugada colectiva por banda izquierda. Tras el gol, los rusos comenzaron a creer pero Willy Caballero se hizo enorme bajo su portería hasta que, con el partido agonizando, Fayzulin aprovechó un mal despeje de la zaga blanquiazul para establecer el 2-2 definitivo.
Así, el Zenit tendrá que pelear por la tercera plaza en la última jornada mientras que el Málaga culmina su gran fase de grupos pasando como primeros de grupo y con la oportunidad de disfrutar del último partido en La Rosaleda sin presión alguna.