Murray llama a la puerta de los elegidos

Muchas eran las voces que, basándose en su rendimiento, exigían que el bueno de Murray diera un paso al frente en su juego y comenzara a ganar torneos grandes. Pues bien, la medalla de oro de los Juegos en Londres parece que, como las apuestas de tenis intuían, supuso un importante punto de inflexión para el escocés. Se quitó esa pesada losa que tenía encima al ganar un torneo tan importante como los juegos y en este US Open ha roto una racha que le llevaba a haber disputado 28 torneos de Grand Slam sin conseguir el ansiado título a pesar de mantenerse firme como número cuatro mundial en los últimos años.

El partido fue, como el viento que azotaba la pista central, de rachas. El primer set, de una hora y veintisiete minutos de duración, fue tremendo. Comenzó con ambos jugadores aclimatándose a las condiciones del día, demasiado fallones, pero acabó con un tenis de quilates del que se benefició Murray en el tie-break al imponerse por 12-10 después de intercambiar bolas de set como si fueran cromos en el patio del colegio.

En la segunda manga, el escocés, aprovechando la inercia positiva de haber golpeado primero en el partido, rompió el saque de Nole en dos ocasiones y cogió una ventaja que parecía insalvable. Pero en frente no había un tenista cualquiera. El serbio tiró de casta, sacó su mejor tenis a relucir y ganó tres juegos seguidos para empatar el set a cinco juegos. Estas son las situaciones en las que Murray demuestra su crecimiento como jugador. A pesar de la tremenda inercia positiva del balcánico se repuso y ganó su saque para posteriormente volver a romper el de su rival y adjudicarse la segunda manga.

La final parecía tener dueño pero el bueno de Djokovic no pretendía rendirse tan pronto. Cuando está por debajo de manera tan evidente en cuanto a marcador, Nole es muy peligroso. Comenzó a pegar latigazos ante los que Murray no era capaz de reaccionar. El británico elevó sus errores no forzados y el serbio lo aprovechó para llevarse la tercera y la cuarta manga sin demasiados problemas.

Llegaba el quinto y definitivo set con las apuestas por todo lo alto en la pista central del torneo neoyorkino. Todo lo anterior no servía para nada. La gloria dependía de lo que pasara en este set. Ante semejante panorama, salió el mejor Murray posible. Se adjudicó los primeros tres juegos del quinto parcial, dos roturas incluidas, y ya no perdonó a Djokovic. Se impuso por un contundente 6-2 para apuntarse su primer Grand Slam desde que arrancó en el circuito dejando claro que atraviesa el mejor momento de su carrera. Andy ha llegado. Veremos si es para quedarse.