Relevan al jefe antidrogas en otro escándalo que sacude a la Policía paraguaya

"Tengo 25 años de servicio y no voy a ser títere de nadie", dijo a periodistas José Dolores Amarilla al anunciar su renuncia como jefe del Departamento de Narcóticos, aunque el jefe de la Policía, José Giménez, aclaró que fue relevado por otro comisario, Wilson Ariel Casco.

Amarilla denunció, además, una supuesta falta de apoyo y afirmó que el fiscal antidrogas Francisco José de Vargas "obstaculizó" una operación en la que se pretendía apresar a Jarvis Chimenes "Pavao", uno de los narcotraficantes brasileños más buscados en la frontera entre ambos países.

Por su parte, el fiscal rechazó esas aseveraciones y señaló que el agente "echó por tierra" un seguimiento que llevaba a cabo desde 2006 con la Secretaria Nacional Antidrogas (Senad) y la ayuda de órganos extranjeros, incluido el Departamento Estadounidense Antidroga (DEA).

A "Pavao", que ha evadido varias operaciones de las fuerzas antidrogas de Brasil y Paraguay, se le atribuye la propiedad de varias fincas en la zona fronteriza. En una de estos inmuebles, Amarilla y De Vargas trataron de detenerlo el pasado martes.
"El procedimiento que pretendía hacer él (Amarilla) era imposible. Pretendía entrar por el portón y preguntar si se encontraba el señor Jarvis 'Pavao' en su estancia", indicó De Vargas, quien considera que el agente policial se involucró en una pesquisa de la Senad, integrada por militares y que depende del Ejecutivo paraguayo.

La destitución de Amarilla fue anunciada en la misma rueda de prensa en la que el ministro de Interior, Rafael Filizzola, criticó el allanamiento practicado ayer por la Fiscalía en una dependencia policial en el marco de la causa abierta para esclarecer la muerte de tres familiares de un alto jefe policial en un incendio ocurrido el 17 de agosto pasado.

La fiscal Yolanda Morel decomisó archivos informáticos y otras documentaciones del departamento de Criminalística al argumentar falta de colaboración de la dependencia en la pericia realizada en la vivienda del comisario Edgar Salcedo.

Salcedo perdió a su esposa y dos hijas adolescentes en un extraño incendio ocurrido en la casa familiar, en el municipio de Ñemby, a las afueras de Asunción, y la fiscal ha reafirmado la hipótesis de que el siniestro pudo haber sido premeditado.

La tragedia había forzado la renuncia del entonces jefe de la Policía, Viviano Machado, porque su hermano, el comisario, Vidal Machado, fue acusado de presuntas amenazas telefónicas al hermano de Salcedo, el también comisario Ramón Salcedo.

Una semana antes del incendio, Salcedo participó en una operación antidrogas en la que él y su hermano decomisaron 10 kilos de cocaína boliviana en la región del Chaco, pero ambos estaban en la mira de una investigación interna porque se presume que la cantidad fue mayor.

El vicepresidente del país y gobernante en ejercicio, Federico Franco, calificó de "preocupante" la situación y explicó que se informará en detalle de esos casos para informar al jefe de Estado, Fernando Lugo, cuando éste regrese de sus viajes a Estados Unidos y Venezuela.