La crítica de arte Julia Sáez-Angulo ha escrito sobre la obra abstracto-paisajística de esta pintora, que recientemente se ha inspirado en los colores y perfiles de Figueras y la costa mediterránea:
“La mirada de la pintora se posa en el paisaje que le circunda para abstraer su forma y su color, para devolver la visión en una transmutación artística que va más allá de la realidad inmediata. La mirada del artista es siempre profunda y apasionada.
Natha Piña sabe plasmar el misterio de la naturaleza, del mar, la playa, los cielos, el horizonte… sin entrar en el mimetismo inmediato. El arte trasciende las cosas y la vida, al tiempo que reconoce que “el misterio sigue todavía ahí”.
La gama cromática de la pintora es de vasto registro. No tiene miedo a la amplia gama de la paleta, porque entra en ella con valentía para atrapar vibrantes azules, bravos rojos, matizados ocres o infinitos grises.
Las transparencias del color, las gradaciones imposibles, las sugerencias espaciales, las luces radiantes, los efectos encontrados, las sutilezas logradas… Ahí radica la calidad y fineza de esta pintura, de su abstracción.
“La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica”, según escribió Jorge Luis Borges. Ateniéndome a su aserto, lo voy a dejar aquí”.
Nathaly Piña (Caracas, 1969) tiene nacionalidad ítalo-venezolana y reside en España desde hace dos décadas.