Chita saltó a la fama gracias a la serie Tarzán, donde entregaba el aporte cómico a la historia interpretada por el entonces nadador olímpico estadounidense Johnny Weissmuller. De hecho, una vez finalizada la serie, el chimpance vivió junto a la familia de Weissmuller hasta la década del 60, cuando fue enviado a la reserva Suncoast Primate Sanctuary de Palm Harbor, en Florida.
La directora de asistencia de la reserva Debbie Cobb, señaló que Chita era extrovertido, le gustaba pintar con los dedos y ver reir a la gente, comentó al diario The Tampa Tribune, también afirmó que el chimpancé parecía entender los sentimientos humanos.