La protesta ha sido organizada por las autoridades de la región norteña de Cajamarca, que afirman que el desarrollo del proyecto de oro y cobre de 4.800 millones de dólares afectará las fuentes de agua en la zona de influencia del plan.
Infiltrados con armas
El ministro del Interior, Oscar Valdés, dijo que según datos de inteligencia del Gobierno podrían haber infiltrados en la protesta, con armas de fuego, robadas por desconocidos hace unos días de una patrulla policial en el norte del país.
"Quiero alertar a los dirigentes que no vaya ser que haya infiltrados y esas armas sean usados acá y haya muertos", dijo Valdés en Cajamarca, a donde acudió para reunirse con autoridades de la zona en un intento de evitar el conflicto.
"La policía nacional no ha venido aquí a herir o a matar a nadie, ha venido a cumplir su función que la Constitución le ordena, mantener el orden público", refirió.
La cita con las autoridades norteñas terminó de forma "airada", según el presidente de la región de Cajamarca, Gregorio Santos, que afirmó que la protesta será pacífica.
"Nosotros como autoridades estamos convocando a la población a no caer en ningún acto de esa naturaleza (de violencia)", dijo el funcionario a periodistas.
Gobierno reclama diálogo
Analistas temen que la protesta en Cajamarca se torne violenta, como otros conflictos sociales que acosan al país andino desde hace años.
El proyecto Minas Conga, desarrollado por Newmont y la peruana Buenaventura, cuenta con un estudio de impacto ambiental aprobado por el Gobierno y según los planes de la compañía comenzaría a operar desde el 2014.