En un acto que tuvo lugar en la sede de la Embajada de España en Montevideo y que contó con la presencia de destacados políticos, miembros del gobierno uruguayo, representantes de los diferentes clubes de fútbol uruguayo, de la selección, periodistas y familiares del jugador, Forlán recibió la medalla de manos de la embajadora Aurora Díaz Rato, en representación del Rey Juan Carlos I de España.
"Creo que pocas veces la entrega de esta medalla ha sido tan oportuna y acertada. Vivimos en un mundo en el que afortunadamente después de dos siglos hemos decidido dirimir nuestros conflictos no en el campo de batalla, sino en el campo de juego y las naciones afirman su identidad y prestigio deportivamente, y es allí donde el fútbol juega un papel fundamental tanto en Uruguay como en España", dijo la diplomática al explicar los motivos por los que se distingue al delantero, y agregó que “en Diego ven reflejado un nuevo país, renovado, cargado de ilusión, de compromiso solidario y afán de superación, un Uruguay con el que la España de hoy se siente próxima".
Por su parte, el futbolista se mostró orgulloso de recibir la distinción de un país "tan hermoso y que me ha dado tanto como España", y explicó que: "Me gustaría decir lo que significa España, un país que disfruté, que quiero mucho a los equipos en que estuve y al que siempre volvemos y ojalá el día de mañana volvamos a estar por allí y le pueda agradecer a todos por esta medalla".
La Orden de Isabel la Católica reconoce, según sus estatutos, "aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la nación o contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la nación española con el resto de la comunidad internacional".