Miles de entusiasmados simpatizantes salieron a presenciar la primera gran aparición en público del clérigo radical desde el regreso a su bastión, la ciudad sagrada de Najaf, al sur de Bagdad.
Fue un discurso breve, intercalado con el cántico de consignas religiosas y denuncias contra EE.UU. e Israel, informa el corresponsal de la BBC en Bagdad, Jim Muir.
Sin embargo, se escucharon mensajes muy claros, como la continuación de la resistencia contra la ocupación estadounidense.
"Continuamos siendo combatientes", dijo a la muchedumbre. "Continuamos resistiendo. Resistiremos la ocupación militar y cultural".
Pero también incluyó la condición que únicamente algunos individuos designados deberían portar armas, indicando que había otras maneras de realizar la resistencia.
Apoyo al gobierno
En una alusión a la sangrienta violencia sectaria de 2006 y 2007, al-Sadr pidió a los iraquíes a olvidar lo que había ocurrido en el pasado y que el pueblo entero viviera lado a lado, apoyando al gobierno.
"Este es un nuevo gobierno, deberíamos darle la oportunidad para demostrar que puede servir al pueblo", expresó el clérigo en lo que muchos analistas consideran son las declaraciones que más lo asemejan a un estadista.
Jim Muir señala que el mensaje calmará las inquietudes de los sunitas, que estuvieron enfrentados a las milicias mehdi de al-Sadr, aunque querrán esperar hasta que las palabras se vuelvan realidad.
En su mensaje de paz Moqtada al-Sadr incluyó particularmente a los cristianos iraquíes, que han sido objeto de recientes ataques por extremistas sunitas aparentemente dirigidos a expulsarlos del país.
Su apoyo fue vital en garantizar un segundo período para el primer ministro Nouri Maliki, en cuyo gobierno los simpatizantes de al-Sadr ocupan siete escaños.
Con la perspectiva de la retirada de todas las fuerzas estadounidenses de Irak en 2011, el énfasis está ahora en apoyar el gobierno y promover la unidad y prosperidad del país.
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