Es que si bien cualquier fenómeno climático puede tener incidencia en la vista, las temperaturas cálidas son enemigas de los ojos. Causan una resequedad mayor a la que de por sí provocan los malos hábitos como el pasarse el día entero delante de las pantallas.
El calentamiento global, una de las principales consecuencias del cambio climático que tanto denuncian los especialistas en el tema, está propiciando problemas de salud ocular como las cataratas. Para prevenirlas, es importante consultar pronto a un profesional.
¿Cómo cuidar tus ojos durante el verano?
Lo primero que tienes que hacer es recurrir a productos que hayan sido específicamente diseñados para tu situación de la vista. Básicamente, esto quiere decir que no puedes usar cualquier gota para lubricar tus ojos si a diario utilizas lentes de contacto. Necesitas gotas para lentes de contacto. Ante la menor duda, no dejes de acudir a un oftalmólogo para que te recete una.
Por otro lado, es evidente que los rayos solares son uno de los grandes peligros de esta época del año. Y la única forma de reducir este riesgo es con unas gafas con filtro UV de calidad. Cuestan más dinero, pero valen cada céntimo que se exprese en su precio. Siempre que usas gafas sin protección, la exposición al sol puede dañar tus ojos y la piel alrededor al estar expuestos a su efecto. Vale la pena invertir en un accesorio de calidad para reducir las probabilidades de que el ojo seco se vuelva crónico e irrecuperable.
Esto pasa porque la sensación térmica elevada evapora las lágrimas y los ojos tienen más dificultades para mantener la humedad. Prevenir la fatiga ocular, más allá del uso de gotas, es indispensable para no abusar de productos que, aunque 100% saludables, siguen siendo ajenos a nuestro organismo. Por ejemplo, si trabajas con un ordenador, mira un punto alejado cada cinco minutos.
¿Qué puede ocurrir si no cuidas tu salud ocular en verano?
Las consecuencias de estos descuidos son variadas, pero entre las peores cosas que podrían ocurrir está la ruptura de la película lagrimal. Se trata de la encargada de proteger los ojos de estos eventos externos. Al romperse, el epitelio corneal y conjuntival quedan a merced de los rayos solares y su superficie se deteriora muy rápidamente si el ojo no repone la película lagrimal.
No olvides que los sistemas de climatización, como los ventiladores y los aires acondicionados, tienden asimismo a resecar los ojos. Es decir, además de estar atento a los rayos solares y las temperaturas altas debes utilizar estos trucos y gotas al estar en casa. Siguiendo estas sugerencias, conseguirás atravesar lo que resta del verano sin que tus ojos se resequen más de lo inevitable.
(CN-04)