¿Puedo ser Bastón de Apoyo para alguien en la vida?

En mis ratos de silencio, aprovecho los lugares que permiten desconectar de los ruidos, de los movimientos acelerados de nuestra vida cotidiana, de los efectos negativos de los medios de comunicación…; disfruto de la sonoridad de una cascada de agua fresca, de los ritmos que me regala el fluir de un arroyo, de los cantos de los pajarillos que vuelan libres por los campos y bosques de nuestra geografía, de los aromas de una brisa serrana que me envuelve con ternura, del frescor de unas ráfagas de aire que parecen dialogar conmigo sin emitir palabra alguna…; sí, en estos elementos que recibo con la gratuidad de una naturaleza generosa, percibo que es una gracia de ese Dios que nos da la vida para poder ser bastón que dé soporte a todo lo que rodea mi existencia, más aún cuando esa realidad se concreta en las personas que, por las circunstancias que sean y contra su voluntad, generan dependencias.

Para mirar así la vida, sólo basta abrir nuestro corazón con la misma voluntad de gratuidad que nos regala esa naturaleza que se disfruta en estas condiciones. Es abrir nuestros sentidos a todos los llamados que tantas veces acuden a nuestra vida esperando algún tipo de respuesta. Cada día es una oportunidad que se tiene para ser bastón, soporte que acoge a quien espera de nosotros una sonrisa, un brazo donde agarrarse para caminar con algo de seguridad; ser apoyo cuando alguien espera recibir una actitud comprensiva ante sus limitaciones y debilidades, ya sea por la edad, por la enfermedad o por la ausencia de amor en su vida; ser sostén de esa persona que necesita que la escuchemos cuando se ve sometida a las presiones de un mundo hostil, incoherente, agresivo…, o cuando alguien se ve afectado por una crisis de tristeza, de soledad no deseada y nadie quiere aguantar el peso de esta amargura…

¡Miremos a nuestros alrededor y descubramos dónde y cómo podemos ser ese bastón que alguien necesita! Posiblemente ese alguien se encuentra muy cerca o conviviendo con nosotros. Busquemos con esta actitud, la forma de superar las dificultades de entendimiento ante situaciones que nos agobian y nos ofuscan. Es muy importante buscar la felicidad, la auténtica, la que se comparte, la generosa, la que no exige nada a cambio, la que no se mueve por los intereses de los más fuertes ante los más débiles.