Qué es el melanoma
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina en los melanocitos o células encargadas de la producción de pigmento o melanina. Es más común en personas mayores de 50 años y puede ser altamente agresivo si no se diagnostica y trata a tiempo.
Los ancianos tienen mayor riesgo de desarrollar un melanoma ya que han acumulado más riesgo de exposición prolongada al sol y tienen una piel más delgada, menos elástica y más propensa a dañarse.
Síntomas del melanoma
El melanoma puede presentar diferentes síntomas, entre ellos los siguientes:
- Cambios en la apariencia de un lunar: puede comenzar con lunar o una mancha existente en la piel que experimenta un cambio de tamaño, forma o color.
- Aparición de crecimiento anómalo en la piel: suele ser negro o marrón, pero también puede ser rosado, rojo, blanquecino o azulado.
- Sangrado o picazón: el sangrado, picor, desazón o dolor de un lunar, mancha o crecimiento de la piel puede ser una señal de alerta.
- Textura irregular: el melanoma puede tener una textura áspera o escamosa al paso de los dedos, o puede connotar cierta inflamación.
- Dolor o sensibilidad: a veces, la piel presenta dolor o sensibilidad en el área afectada.
No todos estos síntomas aparecen como consecuencia de un melanoma. Sin embargo, desde TK Home Solutions se insiste en que cualquier cambio en la piel que levante dudas o sospechas debe ser evaluado por un médico, ya que el diagnóstico temprano es clave para el tratamiento exitoso del melanoma y para prevenir su propagación a otras partes del cuerpo.
Progresión del melanoma en ancianos
El aumento de la expectativa de vida de la población ha hecho que se incremente también la incidencia de este tipo de cáncer. Hay que tener en cuenta, además, que en los ancianos se observan melanomas más graves porque se diagnostican en estados más avanzados, ya que suelen tardar más en ir a la consulta. Esto puede deberse, en parte, a que a cierta edad no se da tanta importancia a la estética y se altera ligeramente la concepción de gravedad.
El melanoma, además, también tiene ciertos condicionantes sociales. En pacientes ancianos con ingresos bajos, los melanomas diagnosticados suelen tener peor pronóstico, ya que la falta de información hace que acudan más tarde al médico. De igual manera, los ancianos solteros, separados o viudos presentan melanomas con peor pronóstico, ya que probablemente la pareja empuje a la visita médica cuando observa lesiones sospechosas, especialmente las que están situadas en lugares de menor visibilidad para el afectado, como el cuero cabelludo.
Por último, también influyen los cambios en el sistema inmunológicos relacionados con la edad. A medida que envejecemos nuestro sistema inmunológico se debilita, lo que hace más difícil a nuestro cuerpo combatir las células cancerosas.
Diagnóstico el melanoma
El diagnóstico del melanoma generalmente comienza con un examen físico de la piel realizado por un dermatólogo o un médico de atención primaria. El doctor revisará todas las zonas cutáneas, incluyendo el cuero cabelludo, las manos y los pies, en busca de lesiones sospechosas.
Si se encuentra un crecimiento de la piel, puede realizar una biopsia, que consiste en tomar una muestra de tejido de la zona afectada para su análisis en un laboratorio. La biopsia puede ser un procedimiento simple, que se realiza en la propia consulta médica, o puede requerir de una pequeña cirugía para extirpar una porción más grande del crecimiento.
Una vez que se realiza la biopsia, un patólogo examinará la muestra en un microscopio para determinar si observa células cancerígenas. Si se confirma el diagnóstico del melanoma, se determinará la etapa en la que se encuentra el melanoma.
Además, el proceso de diagnóstico puede incluir la realización de más pruebas para determinar si el melanoma se ha propagado a otras partes del cuerpo, como los ganglios linfáticos, los pulmones o el cerebro. Estas pruebas pueden incluir tomografías computarizadas, resonancias magnéticas o análisis de sangre.
Tratamiento del melanoma en ancianos
El tratamiento del melanoma en ancianos puede resultar algo más complicado si el paciente tiene otras afecciones médicas previas que pueden afectar su capacidad para tolerar ciertos tratamientos. Además, es más difícil en ancianos debido a cambios en el sistema inmunológico relacionados con la edad.
Por estas razones, cada tratamiento es individualizado y adaptado a las necesidades de cada paciente. El médico determinará si el paciente necesita cirugía, radioterapia y/o terapia sistémica, como la inmunoterapia.
Cirugía
La cirugía es el principal tratamiento para el melanoma en etapa temprana y consiste en extirpar el crecimiento canceroso y una porción del tejido circundante que asegura que todas las células cancerosas se eliminan. En algunos casos, también se pueden extirpar los ganglios linfáticos cercanos.
Radioterapia
La radioterapia utiliza radiación de alta energía para destruir las células cancerosas. Puede ser utilizada para destruir cualquier célula cancerosa que pueda haber quedado después de la cirugía o para tratar el melanoma en etapa avanzada que no se puede extirpar quirúrgicamente. Hay que tener en cuenta que puede tener efectos secundarios en los ancianos, como fatiga, irritación de la piel y disminución de la función de la médula ósea.
Inmunoterapia
La terapia sistémica, como la inmunoterapia, puede ser una opción para el melanoma avanzado que se ha propagado a otras partes del cuerpo. Utiliza el sistema inmunológico del cuerpo para combatir el cáncer, y es una técnica que puede ser efectiva para el melanoma que no responde a otros tratamientos. Sin embargo, hay que valorar que puede tener efectos secundarios significativos en los ancianos, como náuseas, diarrea y alteraciones en la piel.
En algunos casos, se puede recomendar una combinación de tratamientos. En cualquier caso, es importante que el paciente de edad avanzada comprenda las opciones de tratamiento existentes, y sus posibles beneficios y riesgos.
Consejos para evitar el melanoma
El melanoma puede prevenirse en gran medida siguiendo ciertas pautas. Los expertos de TK Home Solutions aconsejan:
1. Evitar la exposición al sol durante las horas pico.
La exposición al sol durante las horas pico, desde las 12 de la mañana hasta las 4 de la tarde, aumenta el riesgo de melanoma. Es importante evitar salir a la calle durante estas horas y, en el caso de ser necesario, buscar la sombra en la medida de lo posible.
2. Usar protector solar
El uso diario de protector solar con un factor de protección solar 50 puede reducir el riesgo de melanoma. Los ancianos deben aplicar protector solar generosamente en todas las áreas expuestas de la piel, incluyendo la cara, el cuello, las manos y los brazos.
3. Utilizar ropa protectora
La ropa protectora, como camisas de manga larga, pantalones largos y sombreros de ala ancha, puede ayudar a proteger la piel del sol. También es importante usar gafas de sol con protección contra los rayos UVA y UVB para proteger los ojos y la piel de alrededor.
4. Mantener un estilo de vida saludable
Los ancianos deben seguir un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada y nutritiva, ejercicio regular. También conviene evitar el tabaco y el alcohol.
5. Realizar exámenes regulares de la piel
Las personas de más edad deben someterse a exámenes periódicos de la piel para detectar cualquier cambio o crecimiento anormal en sus lunares o manchas.
6. Evitar los rayos UVA
Los ancianos deben evitar el bronceado artificial, ya que las cabinas de rayos UVA aumentan significativamente el riesgo de melanoma.
Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TK Home Solutions, comenta: "El diagnóstico temprano es clave para tratar al melanoma con éxito, pero a menudo las lesiones pasan desapercibidas para los ancianos, ya que a veces las consideran parte de los cambios que experimenta la piel con el paso de los años. De ahí la importancia de que se sometan a exámenes periódicos con el especialista para detectar cualquier cambio o crecimiento anormal en sus lunares o manchas, y que cumplan con las medidas preventivas indicadas para este cáncer de piel.