El resultado es una serie artística llena de fuerza, con una relación de personajes anónimos, con miradas sugerentes llenas de fuerza, que atrapan la visión de espectador hasta hipnotizarlo en ocasiones. Caras que pudieran interpretarse como un cantante rock, un filósofo, una muchacha en flor, un estudiante universitario, una femme fatal, un patriarca, una mujer desesperada, un africano arrogante, una pelirroja atrayente…
El pintor al rotular sus “Faces” con tan solo un número, deja titular libremente al que las mira, al coleccionista que adquiere cada uno de los cuadros de fuerte expresividad y relevancia pictórica. Pintura jugosa y cromática, donde el poderoso rostro humano aparece o increpa, porque es la naturaleza viva más arraigada en nuestras referencias, hasta el punto de que nos lleva a la pareidolia, a crear imágenes de caras, cuando ese rostro no aparece en una superficie alterada de huellas y manchas.
“Frente al blanco y negro de las series anteriores, People y América Black Cimema, he querido volver al color y combatir la posible tristeza o el apagamiento de la pasada pandemia. La vida está ahí, hay que retomarla y seguirla con energía”, declara el pintor.
“La sabiduría es saber qué hacer a continuación. La habilidad es saber cómo hacerlo… y la virtud es hacerlo”, se nos dice en el catálogo de la exposición. En suma, una pintura restallante, que habla, que dice, que sugiere… una pintura realista o expresionista en ocasiones. Una pintura construida que interpela.
Estartús, siempre poliédrico y proteico, sabe hacer quiebros, dentro de su trayectoria artística, sin olvidar el lenguaje pictórico que lo define. Además de su pintura, que “habla”, muestra su serie de esculturas en mármol y acero, pulidas y refinadas -un total de 25 piezas de las que expone media docena.
El total de pinturas de la serie “Faces” es de 80, de la que se exponen 49 en la galería. El autor informa que en prevé publicará un nuevo libro con su obra.
Volver a contemplar el reciente trabajo pictórico de Estartus resulta siempre un acontecimiento, porque el pintor se renueva y sorprende -desde la abstracción o la figuración-, porque refleja la tarea profunda de un artista visual consagrado de lleno a la Pintura.