Con el pasar de los tiempos las joyas han llegado a constituir valiosas piezas de intercambio o de riqueza al ser confeccionadas con metales y piedras preciosas y según que épocas en el desarrollo de la Humanidad, ciertos metales o elementos empleados en su confección constituyeron privilegios y prerrogativas de determinadas clases sociales o de las élites gobernantes en algunas culturas y sociedades de las antigüedad si bien las joyas, fueron permitidas en todos los estamentos sociales otorgando a cada uno y según su ubicación en el entramado social, la posibilidad de usar tales o cuales materiales en su confección.
Hoy día felizmente, las joyas son elementos de uso habitual en todo tiempo, ocasión y lugar y la moda impuesta por diferentes situaciones ha llegado a determinar que tipo de joyas son adecuadas a usar y en que y según que ocasiones y es así como la mejor joyería de Málaga ha permitido la vuelta al buen gusto y la originalidad, que han desterrado el uso común de las joyas fabricadas en serie y bajo modelos comunes que hace algunos años se pusieron tan de moda y que consiguieron casi una uniformidad completa en el uso y lucimiento de este tipo de accesorios porque, las joyas fabricadas en serie, y con referencia a dos o tres modelos también seriados, se ajustan más al concepto de accesorios que de una joya propiamente tal ya que la idea de joya implica la calidad de cierta limitación en el número de piezas que es posible encontrar.
Es por esta razón que en la actualidad el segmento de las joyerías artesanales ha recuperado con fuerza las preferencias de un público que busca tener un objeto sino único al menos, perteneciente a una edición limitada. Las joyas artesanales tienen el valor agregado de la personalización que les imprime el artesano-joyero, que puede hacer uso de los metales básicos empleados en su confección como elemento diferenciador, potenciado por los otros elementos que pueda integrar en la joya. Así por ejemplo, la creatividad del artesano-joyero puede transformar un simple anillo de bodas consistente en una argolla de oro, en una pieza única y exclusiva si a esa misma pieza, le agrega elementos adicionales o la confecciona con un diseño que sin perder su esencia, la haga diferente.
Una joya constituye sin lugar a dudas, un elemento distintivo de la persona que lo lleva y así conseguir que una pieza única confeccionada acorde con sus gustos, le imprima un sello personal que la distinguirá entre sus familiares y amigos.
Por otro lado, las joyerías artesanales han conseguido dar a metales como la plata y el oro, juntos o separados, una personalidad muy distinta a la de joyas de estilo antiguo o tradicionales y así, un brazalete o pulsera de plata con detalles de oro, cuero o piedras preciosas por ejemplo constituirá siempre, un elemento único y personal.
Las tendencias que muestran los principales centros de la moda en joyas para los tiempos que corren se decantan por la tendencia de mostrar siempre, joyas con un toque de originalidad, auténticas y de líneas más bien simples que huyan de los modelos recargados de hace algunos años. Originalidad y autenticidad son las dos características que distinguen a la joyería de hoy mismo y sin duda la mejor manera de conseguir ambas condiciones es inclinarse por la joyería artesanal.
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