Según la mayoría de expertos, hay varios focos a los que prestar atención cuando se intenta aislar mejor una vivienda para que deje de perder el calor cuando se enciende el sistema de calefacción.
Para empezar, en viviendas unifamiliares, es hora de mirar bien el tejado ya que el calor tiende a subir y es uno de los lugares de pérdida más habituales. De hecho, se calcula que, en caso de pérdida, más del 30% suele suceder por esta zona, lo que hace que sea necesario poner el foco en cómo se ha aislado esta parte de la vivienda.
En el caso de pisos, esto es más complicado porque la cubierta es comunitaria, aunque siempre se puede revisar a petición de vecinos y autorización de la comunidad porque podría ser también un punto débil por el que hubiera filtraciones.
El 25% del calor se dice que se pierde también a través de las paredes, por lo que ahora mismo existen tratamientos que tratan de mejorar las cámaras aislantes para evitar esta fuga, al igual que las ventanas, responsables de un 20% de la pérdida térmica.
En este sentido, la recomendación pasa por cambiar las ventanas por unas de PVC y con cámaras aislantes. "Se ha demostrado que el mejor material es el PVC para evitar las fugas. La ventana es una de las partes que sufre mayor contraste de temperatura entre el interior y exterior y en tan solo centímetros. Fuera hace mucho frío y puede haber diferencias de hasta 15-18ºC entre un lado y otro, de ahí que haya que buscar una solución que de verdad aisle y permita que la rotura de puente térmico sea óptimo" explican desde Nuevo Estilo Carpintería.
Estos gestos, junto con la cobertura del suelo con alfombras, puede ahorrar, al cabo del año, hasta 400 euros en la factura, por lo que en un momento dado, la inversión que haya que hacer se amortiza rápido.
Sobre todo, se trata de tener confort térmico en casa. Y más, con el precio actual de la luz, que cada kilovatio que se consuma, se quede en casa.
(CN-05)