Deseo ante todo manifestarles mi respeto y la gran dificultad en escribir esta carta, debido primero a mi edad y en segundo lugar a que suene a resentimiento. Nada más lejos de esto último, ya que a estas alturas de mi vida, de lo que he luchado a cuerpo limpio y sin descanso ni recomendación alguna por España y su Cultura, y en algunos momentos por la Censura de aquella época y del antiguo Régimen, que mi propuesta “tenía y sigue teniendo un alto contenido moral y emocional” pues aún estoy vivo en este mundo de lo visible y convencido de que mi obra lejos de haberse deteriorado y envejecido como generalmente ocurre con otras, ha cobrado la fuerza y el vigor propia de los mejores textos clásicos, a los que ya pertenece.
Tengan en cuenta que la programación de aquel año del “María Guerrero” la conformaron “Romance de Lobos”, de Valle Inclán; “El Círculo de tiza caucasiano” de Bertolt Brecht; y “La Tienda” de Germán Ubillos.
Desde aquel entonces he seguido luchando cuanto he podido – pues no es fácil vivir – esos 50 años más, y apelo a ustedes teniendo en cuenta su voluntad de servicio ejercida gracias al dinero que yo declaro y entrego en la Declaración de la Renta entre otros impuestos, así como el de otros contribuyentes como yo; sin los cuales mal podrían ustedes ejercer sus funciones.
O sea, apelo en una especie de “Recurso de Revisión” en mi categoría de fuente de ingresos, a que relean detenidamente el texto y reconsideren la posibilidad argumentada de reponerla.
Sé y me consta que habiendo tenido una vida tan rica y satisfactoria y más aun habiendo llegado al probable final de la misma (cercano a los 80 años de edad), yo ya no les necesito mucho a ustedes, pero ustedes sí a mí; a mi experiencia, a mi intuición, mi imaginación de creador de argumentos multi premiado en teatro y periodismo.
Brindarles mi inmensa experiencia es lo que les ofrezco y las críticas que tuve, en lugar de despachar mi ofrecimiento con la manida y vulgar frase no razonada de “lamentablemente no nos es posible encajar su ofrecimiento en nuestra programación”.
Sí, es posible encajarla. Depende de su libertad de acción con esos fondos en parte míos, y que consiguieran leer el texto de la obra, ahora cuidadosa y brillantemente reeditada y presentada por “Ediciones Éride”, que con la clara visión de la empresa privada se bate el cobre en una misión digna y a veces heroica de mantener España, arriba, donde le corresponde.
Y nada más.
Solicito revisen de nuevo este asunto, para el que siempre me tendrán – y para cualquier otro -, a su entera disposición.
A la espera de noticias, reciban el cordial saludo de su amigo
Germán Ubillos Orsolich
Premio Nacional de Teatro.