Luis Contreras es el administrador de Luace. Años de experiencia en el mundo de la acuicultura le animaron a afrontar esta nueva aventura cuando se la presentaron: “Soy un enamorado de las aguas de Conil y todo lo que representa este entorno. El Estrecho es algo único. Si los japoneses, que son unos apasionados del pescado, vienen aquí por los atunes de almadraba, por algo será. Está claro que debe tener bondades”.
La concesión en manos de los pescadores de Conil, también estaba dedicada al pescado, pero enMarConil optaron por los moluscos. “Preferimos centrarnos en las ostras como producto principal, aunque tenemos en marcha unos proyectos para criar también zamburiñas, que aquí se dan muy bien de manera natural”.
El proyecto con el CDTI se centra en optimizar la cría de ostras. La profundidad, las densidades, los sistemas de cultivo, son algunas de las variables estudiadas. “La idea”, dice Luis, “es obtener un producto top. Siempre hemos tenido muy claro que apostamos por la marca, de ahí el nombre de MarConil, y por la calidad. No queremos competir con nadie ni en volumen ni en producción, pero sí en calidad y en marca. Aportamos el valor añadido que se merecen tanto Conil como los productos del entorno”.
A punto de comenzar con el despegue comercial, MarConil está en proceso de promoción de la marca. Como insiste Contreras, “apostamos por la marca porque creemos que tanto el producto como el entorno lo merece. Podemos presumir orgullosamente del producto que tenemos aquí”.
Son varias las personas relacionadas con la gastronomía que han probado las ostras, “y la calidad gusta porque repiten. Pero nosotros mismos hemos ido retrasando el lanzamiento porque no queremos fallar cuando salgamos al mercado. Somos serios y no podemos permitirnos fallar. Tenemos unos distribuidores con gran recorrido profesional, muy grandes, y tenemos que darle la garantía de poder suministrarles cada semana para que estén tranquilos y confíen plenamente en nosotros”.
En cuanto al sabor, el administrador de Luace destaca que es “muy sutil, un sabor muy a mar, muy fino. Y una de las cosas buenas que tiene es que pruebas una y al momento estás deseando tomar otra”.
Alberto Palomar es chef y trabaja para la empresa Plancton Marino, que asesora a Luis y Luace. Añade que “cuando te comes una ostra estás comiéndote un trocito de mar. Hay ostras francesas que después de comer cuatro o cinco, no puedes más. Pero estas son muy sutiles, con un sabor a yodo y un puntito dulce que te permite tomar hasta una docena. No tiene esa fuerza que empalaga”.
Por si fuera poco, los beneficios medioambientales son evidentes: “a los moluscos no se les echa de comer porque son filtradores. Aquí tenemos un entorno con unas corrientes muy fuertes. Eso significa que son aguas con muchos nutrientes. Además, estamos en Zona A, lo que quiere decir que en alta mar no necesitamos depuración, distinto es en las instalaciones portuarias. El Estrecho le da un aporte nutricional enorme a estas ostras”.
Concluye Luis que en realidad lo que hacen los moluscos “es limpiar. Hay estudios que han demostrado que incluso han logrado recuperar mucho algunos entornos. No es, para nada, invasivo. Todo lo contrario”.
Habrá que esperar unas semanas aún para poder probas las ostras de MarConil, aunque algunos privilegiados ya han podido hacerlo. Por ejemplo, en una reciente cata maridada que realizó el restaurante Bocarte de Conil.
fuente Gurmet Cadiz
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