Isaac, Abraham, Jacob, Moisés, son buen ejemplo, todos de ellos. Pero en los tiempos actuales estamos viviendo de nuevo a tiempos de prueba. Esto se está experimentando a través del Corona Virus, ese diminuto ser donde los haya pero capaz de acabar con los humanos más poderosos, engreídos, vanidosos y envidiosos. Defectos estos muy comunes al de los ángeles caídos o demonios, criaturas espirituales.
Bueno, la Segunda Prueba la tenemos encima, la nueva embestida del Virus Corona consiste en dejarnos en porretas al borde de la Edad de Piedra o la Edad de los Metales, hasta que todos los humanos, gritemos en la agonía de la asfixia, ¡! Padre, sálvanos que perecemos ¡!.
Entonces, probada nuestra inoperancia e incapacidad total llega el perdón, no antes.
Y así todos unidos, aunque las vayamos a pasar ciriales a fecha inmediata, al final vamos a recibir el perdón por parte de nuestro Padre, y que después de la llamada muerte vamos a encontrarnos con una vida muy parecida a ésta, una “continuidad de una misma vida” con un Padre amoroso que hablará con nosotros a la caída de la tarde, como hacía en el “Jardín del Edén”, antes del llamado pecado original. Queda todo escrito y dicho, por lo menos por mi parte.