En este libro, queridos lectores, hace alarde María Antonia de algo muy terrible y digo terrible porque se trata del mundo interior de una mujer excepcional, vital hasta la médula pero al mismo tiempo observadora de sí misma. Algo así como el doble viaje a través de la vida que todos conocemos y experimentamos, pero con dos añadidos: Observa lo que casi nadie hace, y en segundo lugar lo analiza, disecciona y saca conclusiones acerca de sí misma y por ende del mundo terrible y maravilloso que nos ha tocado vivir.
Acuciada por “el tiempo”, en un flash back de recuerdos de la infancia, de su adolescencia y del presente y el porvenir ignoto y sin embargo fatalmente previsible, narra su amor por la vida, el placer y el dolor que le provoca ese existir hasta cimas increíbles que hacen que el lector se admire, se asombre y se estremezca a la vez.
Por supuesto que da descanso a los lectores, como el mejor Spielberg en sus mejores filmes, pero claro si a la perfección formal del texto en los poemas, se une la cultura excepcional y variadísima de la autora, sus conocimientos del mundo y de muy diferentes países, y esa sensibilidad a flor de piel, con la inspiración con frecuencia doliente y otras enardecida, hacen que este libro de poemas titulado “NO HAY SEÑAL” haya sido galardonado justificadamente con el “Premio Internacional de Literatura Virginia Woolf 2017”, otorgado por un nutrido Jurado de Personalidades, por el libro en sí y por el conjunto de su obra.
Y nada más. Aquí tenéis editado por “Sial/Fugger Poesía” una obra maestra que os va a sacar sin duda de tantas vulgaridades como vemos a diario.
(*) Germán Ubillos Orsolich es Premio Nacional de Teatro, dramaturgo, ensayista, novelista y escritor.