Ese curioso animal sobrevivirá al riesgo de extinción causado por todo tipo de catástrofes astrofísicas y permanecerá sobre nuestro planeta otros 10.000 millones de años, cuando los científicos creen que el Sol se extinguirá, según un estudio de las universidades de Oxford y Harvard.
El osito de agua es la forma de vida más dura y resistente que hay en la Tierra, con un tamaño de 0,5 milímetros y una vida media de 60 años, este animal es capaz de estar 30 años sin comer ni beber, resiste temperaturas de hasta 150 grados y puede vivir en las profundidades abisales.
Los investigadores consideran que el tardígrado sería la especie sobre nuestro planeta con más oportunidades de sobrevivir a cualquier tipo de calamidad astrofísica, pues sus consecuencias nunca serían tales como para hacer hervir el agua de los océanos.
El estudio considera tres posibles eventos catastróficos: el impacto de un gran asteroide, la explosión de una estrella en forma de supernova o estallidos de rayos gamma, para concluir que el microscópico animal seguiría adelante a pesar de ellos.
Rafael Alves Batista, coautor del estudio y miembro del departamento de física del la Universidad de Oxford indicó que sin la tecnología que nos protege "los humanos son una especie muy sensible".
De hecho, incluso cambios "sutiles en nuestro ambiente tienen sobre nosotros un impacto drástico", pero hay otras especies más resistentes en la Tierra, por lo que "la vida en este planeta podrá continuar mucho después de que los humanos hayan desaparecido", recordó.
Otro de los autores del estudio, David Sloan, señaló que para su sorpresa descubrieron que "aunque una supernova cercana o el impacto de un asteroide sería catastrófico para las personas, los tardígrados no resultarían afectados".
Así, parece que la vida, una vez que está en marcha, es difícil de destruir completamente. "Un gran número de especies puede extinguirse, pero la vida en su conjunto seguirá adelante", consideró el científico.
La resistencia del osito de agua ante las situaciones más adversas lleva a los autores del estudio a hablar también sobre la vida más allá de nuestro planeta.
"Si los tardígrados son la especie más resistente de la Tierra, quién sabe que más puede haber por ahí fuera", indicó Batista, para quien es posible que haya otros ejemplos similares en algún lugar del Universo, y por ello tiene sentido buscar vida en Marte o en otras zonas del Sistema Solar.
El profesor Abrahan Loeb de la Universidad de Harvard señaló que la historia de Marte señala que una vez tuvo una atmósfera que podía permitir la vida, a pesar de las condiciones extremas.
Organismos con una tolerancia similar a la de los tardígrados frente a la radiación y a la temperatura podrían vivir largo tiempo bajo la superficie en esas condiciones, indicó Loeb, quien agregó que en las profundidades de los océanos que se cree que hay en Europa y Encelado (lunas de Saturno) podrían darse condiciones similares a los de la Tierra.