La propuesta del muro en la frontera entre Estados Unidos y México es anacrónica, injusta e insolidaria. En las relaciones entre países lo que hace falta es una mayor y mejor vinculación y no poner barreras físicas absurdas y que limitan de modo inhumano los derechos de las personas. Los refugiados poseen dignidad y no son la raíz o el origen de todos los males. No deben ser demonizados.
México se opone, de forma inequívoca, a la construcción del muro en su frontera. Y decir que con los paneles solares se podría pagar parte de la factura del coste del mismo es no tener en cuenta que el gobierno mexicano ya se ha pronunciado negativamente sobre la cuestión. Además los paneles solares al tener que ser colocados verticalmente, según los expertos, no canalizarían adecuadamente la luz del sol.
Los más de 20.000 millones de dólares que costaría el proyectado muro que se extendería sobre la mitad de los más de 3.000 kilómetros de la frontera terrestre entre los dos países es una cifra desorbitada. Habría que dedicar esa ingente cantidad de dinero a asuntos sociales. Sería lo razonable, a mi juicio.
Trump debe respetar al gobierno mexicano y no construir el muro de la vergüenza. Se puede mantener la seguridad en Estados Unidos sin necesidad de medidas excepcionales que empeoran las cosas, porque aplastan los derechos individuales y la libertad de los ciudadanos del mundo.
Los delitos ya son perseguidos por los países de forma racional y proporcionada. Y los derechos humanos no pueden ser obviados por causa del terrorismo. Se puede ser muy eficiente sin falta de suprimir derechos. Con los sistemas tan sofisticados y potentes de espionaje que utiliza Estados Unidos el riesgo de atentados puede ser reducido. Siempre que todo funcione de manera coordinada y racional.
No se puede pretender la eliminación de todos los peligros y riesgos, ya que es realmente imposible. Se trata de minimizarlos o reducirlos a su mínima expresión.
En este sentido, la extraordinaria efectividad de las fuerzas de seguridad españolas, con su labor callada, son un claro ejemplo de un modo prudente de hacer las cosas. Y la dirección política de los cuerpos policiales es la correcta en España, si se piensa en los resultados. Si bien es cierto que todo es mejorable con más medios humanos y materiales.
En cambio, en Estados Unidos se observa que el derecho a llevar armas es algo que causa numerosos problemas de seguridad, algo que no sucede en España. Que cada ciudadano pueda llevar un arma de fuego es desproporcionado y en Norteamérica es habitual o frecuente. Esto aumenta los niveles de violencia por razones de tipo psicológico y social. Y más, si se piensa que la población de Estados Unidos supera los 320 millones de habitantes en un territorio muy extenso.
La política no deber ser un show continuo. Por algo Obama durante sus mandatos intervino en el conflicto sirio de modo prudente, ya que la zona es un avispero, con distintas fuerzas militares que luchan en una especie de guerra civil. Sacudir demasiado el avispero puede ser peligroso. Ya que están cerca también Irán y Afganistán. Por si no fuera suficiente con lo que digo está claro que Irán posee un cierto poderío militar y que no es despreciable.
(*) José Manuel López García ES Doctor en Filosofía y Profesor