Un Templo del Saber que sea una espera, donde todo lo escrito abra la puerta a otro mundo, donde de alguna manera todo vuelva a escribirse…pero de otra manera, por alguien parecido al ser humano, cuando de este solo queden textos y leyendas. En esa espera ocultaré mi verdadero nombre y solo allí se pronunciará en voz alta.
Ra, dios del Sol, creador del inicio de La Tierra.
No hay duda, existió una gran Biblioteca en la Antigüedad que determinó la historia del pensamiento humano, Templo del Saber fue llamada, tan solo pronunciar su nombre es conjuro de inquietudes y preguntas acerca de lo que sus muros durante siglos atesoraron. La Gran Biblioteca de Alejandría, misterio de Egipto por África y Asia custodiado -país transcontinental-. Cuenta la leyenda que Ra, dios del Sol, en ella y en su sucesora –Bibliotheca Alexandrina– ocultó su verdadero nombre.
Bibliotheca Alexandrina... Ra, dios del Sol...
Escasas y difusas referencias envuelven todo lo referente a una biblioteca que muchos creen mito de poetas, canto de Sirenas o cuentos inventados…En papiros quedan testimonios estudiados.
… Al norte de Egipto, en la zona más occidental del Delta del Nilo, situada sobre una loma que separa agua dulce -lago Mariout- de agua salada -no solo por pertenecer a Mar, sino por ser agua de Mediterráneo cuya salinidad y densidad formada por erupciones volcánicas, deshielos, lluvia y corrientes marinas la hicieron especial-, en ese enclave, sobre un poblado habitado por un puñado de pescadores -Rakotis-, Alejandro Magno fundó Alejandría en 331 a.C.
Alejandro soñó con un texto de Homero y, aún antes de contemplar la isla de Faros desde la costa, supo que sería “faro” de mentes pensantes y constructivas en busca de conocimiento que iluminara razonamientos inexplorados.
“…una isla en el mar turbulento, delante de Egipto, que llaman Faros (Φάρος)”.
La odisea -Homero-
La ciudad soñada y fundada por Alejandro, citada y descrita por Homero, llegó a ser tan importante y tan grandiosa que la llamaron“Alexandria ad Aegyptum”, es decir, “Alejandría que está cerca de Egipto”, perdiendo importancia el resto del país. Pronto se convirtió en el centro de la cultura griega. El arte y la arquitectura eran lo único que se mantenía propiamente egipcio. Su intento de reunir las escrituras de todos los pueblos la llevó a ser depositaria de la mayoría de copias de los documentos del mundo antiguo.
Un edificio destaca en Alejandría por su belleza indescriptible, pues no solo deslumbra su arquitectura, es lo que contiene lo que con luz propia brilla, salas y habitaciones llenas de estantes de literatura donde tan solo el sonido de la pluma de los copistas perturba la calma de la escritura. Es la Gran Biblioteca, Templo de sabiduría.
…la calma de la escritura…
La Biblioteca Real de Alejandría, edificada en el siglo III a.C por Ptolomeo I Sóter y ampliada por su hijo Ptolomeo II Filadelfo, llegó a albergar más de 900.000 manuscritos.
Fundada para el mantenimiento de la civilización griega -y aunque se dedicaron grandes sumas a la adquisición de libros con obras de Persia, India, Palestina, África y otras culturas-, predominaba la literatura griega y helenística. Los textos homéricos eran especialmente tratados por redactores a los que la figura envuelta en eterno enigma del poeta épico que describió la isla de Faros los seducía en una época en la que la escritura tenía la titánica tarea de recabar el conocimiento de la historia -la leyenda narra que La Ilíada y La Odisea estaban basadas en hechos acontecidos-.
Homero por la literatura reverenciado y por eruditos estudiado. En manuscrito escrito por un bibliotecario, “su madre fue Sirena que dio a luz al poeta para que en sus textos y a pesar de su ceguera, narrara historia donde la mitología no desapareciera…”.
“Dichoso e infortunado Homero, pues naciste para cambiar cosas…”
La Gran Biblioteca de Alejandría no hay duda de que existió y de que fue Templo de investigación y de aprendizaje marcando una ciudad y su historia. Los conocimientos sobre como trabajaron los sabios, el número exacto de volúmenes e incluso su misma situación, todo ello es una incógnita. Aun hoy, tan solo nos aproximamos a comprender su estructura.
Constaba de diez estancias dedicadas a la investigación, cada una de ellas dedicada a una disciplina diferente donde un gran número de poetas y filósofos vivían en dedicación total a aquel Templo del Saber humano. Entre pergaminos apilados, más de cien eruditos, entre los que se encontraba Arquímedes -científico y matemático- estudiaban, criticaban y corregían obras.
Las personas encargadas de la organización de la biblioteca, rebuscaban por todas las culturas y en todas las lenguas conocidas, enviando negociadores que pudieran hacerse con bibliotecas enteras, unas veces para comprarlas y otras como préstamo para hacer copias.
Los grandes buques que llegaban al famoso puerto de Alejandría eran inspeccionados por la guardia en busca de textos. Cuando encontraban algún rollo, lo confiscaban y lo llevaban en depósito a la Biblioteca, donde los amanuenses se encargaban de copiarlo “practicando, por vez primera, el arte de la edición crítica”, enriqueciendo los textos copiados con correcciones inmejorables. Las copias llegaban a alcanzar un valor altísimo, muchas veces superior al original, y, una vez hecha esta labor, el rollo era devuelto generalmente a sus dueños.
…rebuscando por todas las culturas…
Pocas referencias arqueológicas del edificio se han encontrado, excepto una excavación en el distrito Brucheion donde se encontró lo que parece ser una parte de la biblioteca. Los arqueólogos descubrieron trece salas de conferencias, cada una con un “podium” central que indica que el lugar era destino de estudiantes en un mundo y una época en la que los poetas eran maestros y los filósofos algo más que pensadores, pues también abarcaban la rama de la Ciencia; Medicina, Astronomía, Matemáticas, Biología…todo ello cultivaba, meditaba e investigaba la filosofía en La Real Biblioteca de Alejandría.
Se calcula que las salas hasta ahora descubiertas podían haber acogido hasta 5000 estudiantes y que en el año 48 a.C la biblioteca era depositaria de 700.000 volúmenes, fecha en la que es posible comenzara su destrucción y, con ella, la riqueza literaria del mundo antiguo.
Para algunos escritores latinos, la biblioteca apenas resultó afectada en el incendio provocado por las tropas de Julio César en el año 48 a.C, cuando el general Aquilas asedió a César en el palacio real e intentó capturar las naves romanas en el puerto de Alejandría. César mandó incendiarias contra la flota egipcia y el fuego se extendió por la ciudad.
Depositados en almacenes del puerto 40.000 tomos ardieron durante una batalla en la que la acción de proteger setenta y dos naves romanas destruyó letras escritas… Incalculable tragedia literaria.
… las llamas se extendieron y hasta el mar lloró los 40.000 tomos carbonizados al encontrarse en los almacenes del puerto a la espera de ser catalogados, a la espera de que lo escrito abra las puertas de otro mundo donde todo vuelva a escribirse pero de modo distinto, pues ni el fuego destruye un texto que ha sido leído. Una vez leído es texto vivo…y ni las llamas silenciaron cada palabra que tras el incendio fue humo de olvido.
Tras el desastroso incendio, la biblioteca recibió una de las aportaciones más importantes de su historia, Cleopatra, última reina del Antiguo Egipto -69-30 a. C-, donó 200.000 volúmenes que Marco Antonio le ofreció -traídos de la biblioteca de Pérgamo– como compensación por el incendio.
Cuenta la historia que Cleopatra sedujo a los dos hombres más importantes de su época, Julio César y Marco Antonio. Antes de que una intensa pasión Marco Antonio en ella despertara, Cleopatra habría yacido una noche con Julio César para asegurarse su apoyo y alianza. Sin resistencia alcanzó su objetivo fuera de la diplomacia, en un campo de batalla que ella dominaba… Reina de Egipto, maestra de la seducción y amante de los libros, fuerza y poder nacido de largas horas de lectura y estudio, para ella no hubo mayor deseo que perderse entre tomos y manuscritos, sabedora que la llave del mundo descarta la ignorancia.
Cleopatra, alma de libros enamorada…
Cleopatra, ávida lectora de libros enamorada, mujer indómita a la que ni la misma Roma le importaba, se refugió en la Ciudad de Tarso tras abandonar Alejandría en el año 48 a.C. Marco Antonio por ella todo arriesgaba. Jamás ningún hombre conquistó algo tan difícil como un alma de libros enamorada. En una demostración de amor, y para terminar de conquistar lo que no se logra con armas, obsequió a su amada con pergaminos. Papiros …,letras escritas para que ella leyendo el incendio olvidara y lágrimas no derramara. Cleopatra por primera vez fue conquistada…con la fuerza de las palabras. Consciente de que amar es incompatible con amarres que cohiban nada, donó el presente de Marco Antonio a lo que más le importaba, la biblioteca que Alejandría identificaba.
…nunca hombre alguno eché en falta mientras en aquellos rincones mi alma alimentaba envuelta en el olor a agua milenaria de papiro cuya esencia es planta acuática, huele y sabe a río Nilo, a Mediterráneo …, a Egipto. Egipto, mi reino, a veces enemigo, difícil de reinar entre secretos y peligros…
Probablemente, el fin de tan importante edificio y concepto del saber humano tuvo lugar en un momento indeterminado del siglo III o IV, quizás en 273 d.C, cuando el emperador Aureliano tomó y saqueó la ciudad o cuando Diocleciano hizo lo propio en 297 d.C.
La existencia de la biblioteca, tras su supuesta destrucción, quedó confirmada por una inscripción hallada en el siglo XX “supra Museum et ab Alexandrina bibliotheca”dedicada a Tiberio Claudio Balbilo – año 56 d.C.
Trágicos sucesos… el fin de tan amado edificio…
Lo cierto es que con la fundación de la nueva capital imperial, Constantinopla, lo que restara de contenido fue incautado y trasladado a la Nueva Roma.
Otra posible causa de su destrucción fue una serie de terremotos que asolaron Alejandría. Uno en particular, en 365 d.C., fue devastador, provocando la muerte de 50.000 alejandrinos. Se han encontrado en el fondo de las aguas del puerto cientos de objetos y pedazos de columnas que demuestran que al menos el 20 % de la ciudad se hundió en las aguas, incluyendo el Brucheion, supuesto enclave de la biblioteca.
Un temblor surgió de las entrañas de la tierra, provocando sacudidas tan fuertes que ni las columnas pudieron evitar caerse. Mujeres y niños lloraban atemorizados ya que el suelo convulsionado y herido abría grietas de abismo donde Mar esperaba tranquilo para enterrarlos entre sus aguas.
Es probable que la biblioteca y sus tesoros fuera destruida en algunos de esos desastres, pero la historia demuestra que el conocimiento no desaparece. Unos 1600 años después el saber volvió en forma de proyecto cultural, exigiendo recuperar el enclave mítico de la antigüedad con la construcción de una nueva biblioteca.
…donde se supone se encontraba la Gran Biblioteca
Situado en el malecón de Alejandría, cerca del lugar donde se supone se encontraba la antigua biblioteca, un edificio con forma de enorme cilindro de cemento, cristal y granito refleja hacia el Mediterráneo luz atraída por vidrio y aluminio, Templo del Saber, biblioteca o faro que recuerda la existencia en Alejandría de una de las siete maravillas del mundo antiguo. La esencia de la Gran Biblioteca aquí se palpa, la cubierta circular de la sala de lectura es un homenaje al dios egipcio Ra, dios del Sol y de la Creación, lo que él nombraba adquiría forma y se volvía real. Tal era el poder del nombre en voz alta.
Yo soy Khepri por la mañana, Ra al mediodía y Atum al atardecer, a nadie permitiré pronunciar mi verdadero nombre... lo escribiré en papiro y lo mantendré siempre en Templo del Saber.
Cuenta la leyenda que el dios Ra ocultó dicho pergamino en La Gran Biblioteca y ahora aquí en Bibliotheca Alexandrina se encuentra.
… y te busco perdiéndome entre pasillos en esta sala circular que tu nombre invoca, incontables textos me recuerdan que la llave del mundo no es otra que las palabras, y, al igual que Cleopatra, me pierdo sin echar a nada ni a nadie en falta, ya no huele a papiro, ni a agua milenaria, pero en la densidad del aire se encuentra el Nilo y aroma marino de aguas Mediterráneas… pasión que atrapa a alma de libros enamorada… pronunciaré tu nombre en este edificio, junto a la caligrafía representada en los bajorrelieves de su fachada, la mayoría de las lenguas del mundo aquí representadas custodian tu verdadero nombre… con el que empezó la palabra.
Lenguas del mundo custodian…
Un abrazo
Maica Rivera
www.maicarivera.com