El Bisfenol A (BFA) es una molécula utilizada en la síntesis de plásticos de policarbonato cuyo uso está muy extendido en la fabricación de botellas de agua, refrescos y en el recubrimiento interno de latas y otros contenedores de comida y bebida. Las polémicas sobre su uso están muy extendidas y, de hecho, la UE ya prohibió en el año 2010 el uso de Bisfenol A en la fabricación de biberones (EE.UU. y Canadá ya lo habían hecho antes) porque algunos estudios constatan que puede afectar al desarrollo del niño.
Pues bien, investigadores de la UAH han realizado diversas publicaciones en revistas especializadas nacionales e internacionales en las que señalan que esta sustancia es capaz de inducir enfermedad renal e hipertensión arterial, ambos trastornos caracterizados por una alta morbimortalidad, particularmente en los pacientes diabéticos.
Estas investigaciones son fruto de un proyecto de investigación del Fondo de Investigación en Salud (FIS) del Instituto de Salud Carlos III, en el que los docentes e investigadores de la UAH tratan de dilucidar cómo este agente externo podría incidir en la aparición de estas patologías asociadas a la enfermedad diabética.
La exposición a BFA ocurre sobre todo por vía oral, pero también debido a los selladores dentales, a través de la piel y por inhalación de productos de limpieza.
‘Nuestra hipótesis de trabajo está basada en publicaciones previas del grupo que demuestran que el BFA produce en los animales con los que experimentamos una afección renal muy similar a la que aparece en el riñón diabético’, señala el coordinador del grupo Nefrología Experimental, J. Ricardo Bosch.
Asimismo, en estas investigaciones han descubierto que el BFA produce en animales hipertensión arterial en forma de dosis dependiente, es decir, a más dosis de esta sustancia, más hipertensión. ‘Un hallazgo muy importante de nuestros estudios es que los animales comienzan a desarrollar hipertensión a la mitad de la dosis considerada segura por la literatura científica especializada’, agrega el investigador de la UAH.
La repercusión social de estos hallazgos -enfermedad renal e hipertensión inducidas por el BFA- es evidente si se tiene en cuenta que, según estudios llevados a cabo por Cutanda y publicados en ‘Hyg Ennviron Health’, casi la totalidad de la población española (el 97%) tiene esta sustancia en sus líquidos corporales. ‘La repercusión social se magnifica teniendo en cuenta que la hipertensión está considerada la enfermedad con más prevalencia en adultos, y que la diabetes ha sido calificada de ‘epidemia mundial’’, agrega el profesor Bosch.