Aveiro, la Venecia de Portugal

La capital del distrito homónimo, situada en el litoral Atlántico, en plena región de las Beiras –una de las más bellas, a la vez que desconocidas de Portutal-, su clima agradable invita a visitarla, alejada de las grandes concentraciones de turistas de las cercanas Oporto y Coimbra.

La ría de Aveiro es una de las más importantes y hermosas del país luso. En ella desaguan los ríos Vouga, Antuá y Boco, comunicando con el mar, sólo a través del canal entre Barra y San Jacinto.

En algún momento de su Historia, esta comunicación con el mar se cerró, abocando a la ciudad a un periodo de decadencia. Felizmente, esa época pasó y lo que hoy se ve es una ciudad próspera, que en su casco histórico aparece atravesada por los canales, que la dividen en dos partes. El barrio de “Beira Mar”, al norte del canal central, conserva las mejores esencias del pasado de la ciudad, con las antiguas casas de pescadores, entre callejones con auténtico encanto. Los edificios aún conservan la misma estructura arquitectónica de los antiguos almacenes de sal. Son emblemáticos el puente de Carcavelos y la capilla de Sao Gonçalinho. En la Praça do Peixe, se puede comprar pescado fresco durante el día, mientras que por la noche, la plaza se anima con el bullicio de la nutrida población universitaria.

En la parte norte del canal central, se concentran la mayoría de los edificios históricos de Aveiro. Una ruta recomendable por la ciudad debería empezar por el Jardim do Rossio, a orillas del canal, y desde ahí, dejarse llevar a través de sus calles. Aquí sorprenden al viajero las fachadas Art Nouveau. La avenida principal – Avda. Dr. Lurenço Peixhinho- conduce a la estación del tren, que como tantos edificios en Aveiro y el resto de Portugal luce adornada por los tradicionales azulejos.

La población es completamente llana y muy cómoda para caminar, pero si nos desplazamos en moliceiro, podremos hacerlo en paralelo al Canal Central, a través del Canal do Cojo, que nos llevará a una laguna, junto a la que se alza una antigua fábrica de cerámica, aún en activo. Los fanáticos de la cerámica, deberán desplazarse a las afueras de Aveiro, al Museo de Vista Alegre, donde su produce una de las marcas de porcelana más famosas del mundo.

También en las afueras y dando acceso a la ciudad, se encuentra el Canal das Pirámides, llamado así por estar flanqueado por dos pirámides del siglo XVIII. Ahí se puede visitar la Marinha da Troncalhada, una de las salinas más populares entre los visitantes que deseen conocer la producción de sal artesanal, característica de la región.

Aveiro nos depara otras agradables sorpresas, la Se o catedral, el Ayuntamiento en la Plaza de la República, el Museo de Art Nouveau, el Teatro Aveirense, la Antigua Capitanía, el Convento de Jesús (siglo XV, con interior Barroco) reconvertido en Museo de Aveiro...

Nuestra visita a Aveiro no puede concluir sin acudir a sus magníficas playas de Barra y de Costa Nova, esta última con sus pintorescas casas pintadas a rayas; así como las Dunas de San Jacinto, Parque Natural, que hará las delicias de los amantes de la Naturaleza.

Y los más golosos no pueden dejar de probar los afamados ovos moles aveirenses, que pondrán su punto dulce a nuestro viaje.