Ubicado al sur de la Capital Federal y del Estado de Morelos y con el límite marcado por el Océano Pacifico se sitúa el Estado de Guerrero. Allí, tres hermosas ciudades configuran lo que se ha denominado, de forma muy acertada, el “Triangulo del Sol”, cuyos ángulos están definidos por Taxco, Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo. Un triangulo perfecto dentro del cual encontramos la huella colonial en el interior y la más actual zona de vacaciones en la costa del Pacifico.
Situado a unas tres horas en coche de la Capital Federal, y tras atravesar el Estado de Morelos, en el primer vértice del triangulo encontramos Taxco, hermosa ciudad colonial ubicada entre montañas donde sus calles empedradas y en cuesta están pobladas de infinidad de edificios y casonas antiguas, que se abren a pequeñas plazuelas donde el trasiego de visitantes y residentes es un constantes fluir de idas y venidas. En sus alrededores y desde los tiempos de la conquista Española, se ha ido desarrollando una gran actividad minera para la obtención de plata, siendo esta actividad la que ha contribuido principalmente al desarrollo de la ciudad y que continua dando vigor a la economía en la actualidad. No en vano, es la zona minera más antigua de las Américas y sus tiendas de artesanía salpican por doquier cualquier recodo de sus calles, pues sus artesanos de la plata tienen fama desde que allí se asentaron los españoles
Su nombre oficial es Taxco de Alarcón, en recuerdo al escritor originario de la ciudad Juan Ruiz de Alarcón y por su belleza fue nombrado Pueblo Mágico, lo cual le confiere como de alto valor cultural y turístico para el visitante. El centro de la localidad está dominado por su Zócalo, en el que se ubica la majestuosas Iglesia de San Sebastián y Santa Prisca, de estilo barroco y construida en el siglo XVIII bajo el mecenazgo de José de la Borda, rico empresario minero que allí se asentó. Se diseñó el templo como una cruz latina con capilla adosada y dispone de nueve retablos, uno de ellos dedicado a San Isidro Labrador. Además, merecen mención otros edificios de la ciudad como el Museo Spratling, que alberga restos prehispánicos que coleccionaba el Norteamericano William Spratling y que a su muerte cedió a la ciudad, el Museo de Arte Virreinal, que alberga objetos litúrgicos y piezas de arte barroco o el Ex Convento de San Bernardino.
También los alrededores de Taxco tienen lugares de admirar. Como las Grutas de Cacahuamilpa, ubicadas dentro del Parque Nacional del mismo nombre y con cerca de noventa salas abiertas al público, y que durante el recorrido de casi dos horas está dominado por enormes estalactitas y estalagmitas, con una altura en algunas zonas de casi 80 metros. No se ha de dejar pasar la ocasión de acercarnos al teleférico y elevarnos hasta los 180 metros de altura en su parte final, desde donde la vista del pueblo es colosal.
Comer en Taxco es toda una delicia para los sentidos. Para los no muy escrupulosos, allí se preparan los Jumiles, insectos guisados y que se tomas de diferentes formas. Además, hay que destacar sus sabrosos caldos o el pan de muertos que se consume en el día de difuntos. En todos los restaurantes sirven deliciosos platillos con recetas tradicionales y otras muy innovadoras.
Alojarse allí no es complicado pues dispone de buena capacidad hotelera. Entre ellos se destacan el Hotel Monte Taxco, el Hotel Agua Escondida o la Posada de la Misión. El único inconveniente de Taxco es el acceso, que únicamente se puede hacer por carretera.
Y como ya hemos escudriñado Taxco convenientemente, hemos de dirigirnos al siguiente vértice del triangulo, a Acapulco. Mítico emplazamiento vacacional del Pacifico Mexicano tanto para los originales del País como para multitud de Extranjeros, principalmente norteamericanos. Con unas puestas de sol envidiables sobre su bahía y con clima tropical durante todo el año, siempre ha sido un punto de encuentro de la alta sociedad mundial, donde se han dado cita desde políticos, actores o altas personalidades.
En la actualidad, Acapulco ha ido perdiendo el protagonismo que alcanzó en los años sesenta cuando era el destino habitual de las celebridades del cine que se citaban allí para celebrar fiestas interminables y de gran resonancia. Poco a poco las colinas que rodean su bahía han ido poblándose de exclusivos hoteles y viviendas, como las ubicadas en las Brisas y el Guitarrón. Estas actitudes han favorecido que Acapulco siga considerándose el gran centro de la fiesta nocturna, donde innumerables discotecas ofrecen espectáculos y música de todo tipo. Ello no es óbice para que sea un lugar muy deseado por las familias, y que en sus playas disfrutan enormemente durante el día.
Pero también encontramos un lugar y un momento para la Historia. El Fuerte de San Diego, construido en el siglo XVII para asegurar el tránsito de los navíos que traían mercancías desde Asia, como el mítico Galeón de Manila, hoy en día alberga al Museo Histórico de Acapulco, donde se exhiben muestras de la historia de la ciudad y nos acerca a comprender la importancia que tuvo la fortaleza.
No debe dejarse de visitar la zona denominada La Quebrada, rocoso acantilado desde el cual se lanzan al mar los llamados Clavadistas desde una altura de casi 50 metros y que se ha convertido en todo un espectáculo que congrega multitud de visitantes que asisten a alguno de los lanzamientos que realizan a lo largo del día, incluido uno nocturno. Aunque se han producido varios accidentes entre los saltadores, gracias a su habilidad y destreza, no ha habido que lamentar muertes.
Debido a la enorme construcción de edificios a lo largo de la Bahía y al no quedar terreno para más, recientemente se ha optado por extender la ciudad hacia la denominada Barra Vieja, convirtiéndola en una zona bautizada como Acapulco Diamante, donde están proliferando la construcción de lujosísimos hoteles, con todo tipo de actividades para sus residentes. Hay que destacar entre todos el llamado Mundo Imperial, grupo hotelero que dispone de tres hoteles, El Princess, El Resort y El Pierre (este último muy exclusivo y que se reformó, pues ya existía desde hace décadas). Entre estos tres hoteles, el grupo propietario ha desarrollado grandiosas construcciones, como son unos recintos para exposiciones y un fórum de actividades diversas y que tiene asegurada la ocupación durante todo el año, pues no en vano son los recintos más grandes del País y con todos los adelantos técnicos necesarios.
Poco ha de tardar Acapulco en recuperar el esplendor de antaño, pues las autoridades, con su Gobernador a la cabeza, no cejan en el empeño de la mejora constante de la ciudad así como su expansión completa, desterrando el falso tabú de ciudad insegura para el visitante. El transporte hasta ella es sencillísimo, pues cuenta con aeropuerto internacional, tanto desde México DF como desde otras ciudades de Norteamérica, asegurando así un flujo constante y fijo de turistas.
Y para completar el triangulo del Sol, nada mejor que un destino emergente, Ixtapa-Ziguatanejo. Partiendo del viejo y asentado pueblo de pescadores de Ziguatanejo, la administración decidió apostar por la implantación de un complejo turístico de lujo, aprovechando la belleza de unas bahías muy próximas al pueblo. Así nació la zona denominada Ixtapa, donde se urbanizó y construyeron una serie de hoteles y residencias privadas de muy alta categoría. Allí se asentaron firmas tan prestigiosas como Club Med, Sunscape, Park Royal, Barceló o las Brisas.
No se ha dejado pasar la ocasión de complementar la zona hotelera con una magnifico Campo de Golf, el Palma Real de Ixtapa, donde pasar una buena jornada practicando deporte añade un alto valor a los días de relax y descanso. Con 72 hectáreas para juego y 18 hoyos, con inmejorables vistas sobre el Océano Pacifico y con un relieve accidentado para conferir una mayor dificultad, se complementa con servicios de restauración además de canchas de tenis y de paddle.
De igual manera, se proyectó y construyó un Puerto Deportivo, el Marina Ixtapa, con casi 600 posiciones de atraque y todo los servicios habituales, además de vigilancia permanente y astillero. A su alrededor no se ha escatimado nada en la construcción de exclusivos apartamentos, donde los interiores lujosos y los espacios comunes son incomparables.
También, se ha procurado habilitar lugares de ocio y diversión con la construcción de equipamientos comerciales, en los que se ubican restaurantes, bares, tiendas y todo tipo de actividades necesarias para completar unos excelentes días de vacaciones.
Si a todo lo anterior, sumamos que el pequeño pueblo pesquero de Ziguatanejo, dispone de una gran potencial económico basado en sus innumerables restaurantes y tiendas de artesanía, ubicado todo en torno a su pequeña pero exquisita bahía, tendremos una conjunto perfecto para unos días de ensueño. Incluso la facilidad para el desplazamiento, pues dispone de un pequeño y coqueto aeropuerto internacional para recibir a sus visitantes, ya sean nacionales o extranjeros, que cada vez son más asiduos a Ixtapa-Ziguatanejo.
Solo queda hacer hincapié en la firme determinación que están poniendo las Autoridades de Guerrero, para conseguir aupar al Estado a los primeros lugares en cuanto a recepción de visitantes. Méritos y atractivos no le faltan, y su apuesta por el denominado “Triangulo del Sol” a buen seguro reportará los frutos apetecidos.