Macri, quien llegó al poder en diciembre, comenzó a aplicar un programa de políticas ortodoxas para reactivar la economía, golpeada tras años de escasez de divisas como consecuencia de la inestabilidad y las políticas intervencionistas de la gestión kirchnerista que espantaron a los inversores internacionales.
Fruto de este panorama Argentina tiene una inflación anual que supera el 30% según consultoras privadas, una economía estancada, el alza de las tarifas, la liberalización del mercado del dólar y despidos de trabajadores en el sector público y privada. Pero ahora busca volver a los mercados internacionales de crédito tras 15 años luego de cesación de pagos y una disputa judicial con los holdouts en Estados Unidos.
Así, Macri pidió a los empresarios que "tengan cuidado con los empleos que tenemos ahora", que “cuiden a sus empleados” y que "sean responsables con los precios". "Hay algunos (de los presentes) de acá que ya pusieron primera (marcha) y otros que todavía tienen dudas", exclamó Macri en busca de acelerar inversiones. Sostuvo que "la manera que tienen de luchar ustedes es invirtiendo, haciendo (...) Sé que los está afectando la crisis en Brasil, pero Brasil se va a recuperar muy rápido".