Semanas antes de las elecciones se comenzó a hablar de la Operación Menina, un intento por aupar a Soraya Sáenz de Santamaría a la presidencia del Gobierno prescindiendo de Rajoy. Ahora, con motivo de los movimientos internos que se empiezan a producir en el PP, en algunos círculos sacan el nombre de la vicepresidenta como sucesora. Pero su candidatura genera fuertes rechazos a nivel interno.
Sáenz de Santamaría no tendría nada fácil suceder a Rajoy. El nombre de la número dos del Gobierno comienza a estar en las quinielas por si el presidente decide dar un paso a un lado, en un gesto de generosidad como algunos le piden, incluido algún ministro. Pero Soraya no es bien vista por varios sectores del PP, lo que deja en punto muerto cualquier operación.
En primer lugar, Sáenz de Santamaría tiene a gran parte del aparato del partido en contra. Su enconada rivalidad contra María Dolores de Cospedal ha inclinado la balanza del lado de la secretaría general. Soraya no contaría, por tanto, con apoyos ni en Génova ni en las principales baronías.
La vicepresidenta, además, no ha cultivado durante los últimos años su provincia natal, Valladolid. Hay quien le recomendó que se presentara a las generales por la circunscripción castellanoleonesa con el objetivo de ir ganándose apoyos a nivel regional, pero finalmente repitió número dos por Madrid, por lo que tampoco cuenta con apoyos territoriales.
Soraya también cuenta con rivales en algunos de los principales ministerios. El llamado grupo de ministros G-8 no traga a la vicepresidenta. En los últimos años de legislatura se han dedicado a arremeter contra ella y contra algunas decisiones que ha tomado desde Moncloa. Exceso de burocracia y falta de política son las críticas que han pronunciado estos ministros sobre Sáenz de Santamaría.
El G-8, una especie de gabinete paralelo unidos por la amistad personas entre sus miembros, está compuesto por Jorge Fernández Díaz, José Manuel Soria, José Manuel García-Margallo, Ana Pastor y el ahora enBruselas Miguel Arias Cañete. Más tarde se incorporaron Pedro Morenés, Rafael Catalá e Isabel García-Tejerina.
Un grupo de poder, en definitiva, enfrentado a los “sorayos”, brillantes tecnócratas que se agrupan en torno a la figura de Sáenz de Santamaría y que han tenido grandes cuotas de poder durante la última legislatura.
En el PP, en definitiva, se escuchan continuas críticas hacia Soraya, lo que la descartarían como sucesora en un hipotético congreso popular este año.
- La política de comunicación. En el partido se concluye que la máxima responsable de comunicación del Gobierno no ha acertado. Soraya Sáenz de Santamaría no ha sabido acertar en su relación con los medios, consideran, con extrañas alianzas con grupos mediáticos que no han defendido al PP cuando más lo necesitaba. La conclusión: los populares se encuentran prácticamente solos en el terreno mediático.
- Coordinación del Gobierno. Desde algunos sectores del PP se critica a vicepresidencia por no saber coordinar en algunas ocasiones mensajes y propuestas. Ha habido errores de bulto en la relación entre ministerios con algunas políticas.
En el PP, en definitiva, se da por descartada la opción de que Sáenz de Santamaría pueda encabezar una candidatura al margen de Rajoy porfalta de apoyos a nivel interno. Demasiados enemigos para pilotar el PP.
FUENTE: LAINFO90RMACION.COM - Fernando H. Valls - 14 de enero del 2016