Los trabajos de restauración, que han supuesto el desembolso de 10.000 euros, fueron coordinados por la profesora de la Universidad de La Laguna (ULL) especialista en restauración, Dácil de la Rosa, que se encargó de guiar a las becarias restauradoras Paula Calavera y Elisa Ruscelli.
Los concejales indicaron que el principal objetivo de esta iniciativa “era devolver este valioso mural a su aspecto original. Los trabajos han supuesto también la participación de carpinteros y pintores de la empresa Dimurol. Hemos contado con la garantía de que todo el proceso de restauración estuvo bajo la supervisión de la Fundación Canaria de la Universidad de La Laguna, a través de sus profesores y alumnos más destacados”.
La obra de Manrique, titulada ‘Pez volador’, está formada por 30 paneles de chapa marina situados sobre un muro que, con el paso de los años, sufrió daños en su parte inferior por la acción de los grafitis y también presentaba evidentes signos de decoloración en la pintura acrílica con la que fue realizado.
El mural, firmado por el artista lanzaroteño en el año 1985 y reproducido en este espacio de la capital en 1997, consiste en la interpretación geométrica y en tonos cálidos de un pez en el que se combina una doble vertiente de puntos de vista frontal y aéreo. El artista, de esta forma, nos muestra las dos mitades del pez usando el mismo código de representación tridimensional de algunas de sus esculturas más significativas. Los siete colores usados para la realización de este mural son cálidos y, entre ellos, sobresalen de forma especial las tonalidades tierra. La figura queda resuelta por medio de tintas planas.