Pionero en el uso de grabaciones con gramófono y tocadiscos como instrumentos musicales para crear collages sonoros, el trabajo de Christian Marclay explora las conexiones entre el sonido, el ruido, la fotografía, el vídeo y el cine. El CAC Málaga presenta Telephones (1995), una producción del artista suizo cuyo montaje ha sido creado a partir de una selección de imágenes de películas donde la llamada telefónica es protagonista.
El artista recogió y editó diferentes escenas de largometrajes clásicos en las que los personajes realizan y responden a llamadas telefónicas para crear un ensamblaje visual. Catalogada como una pieza de cine experimental, las distintas partes de la producción forman entre sí un relato cerrado que puede entenderse como una metáfora del fracaso comunicativo.
No ha sido la única ocasión en la que el artista suizo ha recurrido al montaje por medio de imágenes obtenidas de películas. En el año 2002 produjo Video Quartet, una proyección con cientos de clips de películas del antiguo Hollywood en la que actores y músicos hacen ruidos y tocan instrumentos. En 2010 estrenó una de sus producciones más famosas: The Clock. Una vez más a partir de fragmentos de largometrajes, recoge escenas en las que aparece un reloj para realizar un montaje en el que aparezcan registrados cada uno de los minutos de las 24 horas que posee el día.
A pesar de ser conocido sobre todo por sus creaciones visuales, huye del término videoartista, ya que considera que no se dedica exclusivamente a la realización de vídeos. Antes de su consagración con The Clock, Marclay era conocido, además de por producciones como Telephones, como el creador de una pieza en la que una furgoneta arrastraba una guitarra enchufada a un amplificador por un camino de tierra (Guitar Drag, 2000) o como el tipo que hacía composiciones asombrosas a partir de portadas de elepés.
Christian Marclay nació en California en 1955, se crió en Suiza y ahora vive y trabaja entre Nueva York y Londres. Ha expuesto ampliamente, incluyendo exposiciones individuales en en el Barbican de Londres (2005); en el Fredericianum, en Kassel (2003); en el Walker Art Centre de Minneapolis (2004); en la Tate Modern de Londres (2004). En el año 2011, fue galardonado con el León de Oro en la Biennale di Venezia por The Clock.