Un ingeniero vive desde hace un año con energía solar y no paga recibos de luz

Apagad la luz... esa frase que se repite en cada hogar español ya no se pronuncia en la casa de los Torres, en Málaga. Esta familia, a través del progenitor, Miguel, ha conseguido auto autoabastecerse de energía solar en lugar de pagar a la compañía eléctrica. Lo llevan haciendo desde hace un año, y hasta ahora y gracias a buen tiempo que hace en la capital malagueña, los Torres son la gran envidia del vecindario y del resto de los españoles.

"Creía haber hecho una cosa que ya había hecho más gente, pero me estoy dando cuenta de que no", asegura el ingeniero malagueño Miguel Torres a Diario Sur.

Aunque no lo quiera reconocer, Miguel se ha convertido en un héroe local al haberse 'olvidado' de pagar a la compañía eléctrica tras instalar un sistema fotovoltaico que ha convertido su casa –un adosado normal y corriente en Málaga capital– en una isla energética autosuficiente. Muchos son los medios que han entrado en su casa y le han entrevistado y no hay día que no salga a la calle y le pregunten por su caso.

Hay mucha gente que quiere seguir su ejemplo

Miguel Torres y su familia –su mujer Carmen, ama de casa y sus dos hijos: Marta y Miguel, que estudian Arquitectura e Ingeniería, respectivamente– intentan seguir con su vida normal mientras atienden amablemente las consultas de allegados, conocidos y desconocidos que ahora se interesan por cómo convertir su casa en autosuficiente.

Miguel lo simplifica: "El funcionamiento de la instalación es similar a coger el agua cuando llueve, como si se llenara un depósito de agua. Cuando se llena, rebosa, hay un equilibrio de potencia y no llega a entrar a la batería".

Este malagueño se embarcó el verano pasado en el proyecto de hacer autosuficiente su hogar en términos energéticos. Para ello instaló en su azotea un sistema compuesto por paneles fotovoltaicos con 4,2 kilovatios de potencia pico, una batería y un conversor de potencia, entre otros componentes. Paneles térmicos para calentar el agua ya tenía.

"Conseguí una subvención del Plan de Apoyo a la Construcción Sostenible que me cubrió el 80% del presupuesto, que era de unos 20.000 euros. Aunque en realidad la ayuda acaba siendo menor porque hay que declararla en la Renta", apunta al diario SUR. El ingeniero tiene calculado que amortizará la inversión en cuatro años, puesto que pagaba unos 100 euros mensuales de luz. "Sin la subvención estaríamos hablando de otra cosa: más de quince años. Sería para pensárselo", reconoce.

Torres tiene una empresa, Atepo, dedicada a prestar asesoramiento a empresas y particulares sobre proyectos de eficiencia energética y energías renovables. "Me han llamado empresas con proyectos muy interesantes y también particulares decididos a poner un sistema similar al mío en su casa. Yo lo primero que les digo es que hay que hacer números y que luego decidan, no quiero engañar a nadie", afirma.

El problema, cuando no hay sol

Miguel asegura que la prueba de fuego, que era el invierno, la han ha superado "con nota". "No nos hemos quedado en ningún momento sin electricidad. Si hay sol, producimos un 40% más de energía de la que consumimos. Y si no hay, la batería nos da una autonomía de cuatro o cinco días", explica el ingeniero, que reconoce que el experimento ha servido también para que toda la familia se implique en la gestión energética del hogar.

A Miguel ya no le llegan recibos de la luz y es él mismo quien controla el gasto y consumo. Ejemplo para una sociedad que aún no es capaz de apostar por este tipo de energías pero que poco a poco y con gente tan atrevida como Miguel puede llegar a autoabastecerse.

Fuente: lainformacion.com - Pedro Torres - 28 de julio del 2015