En los últimos días hemos visto descender de forma vertiginosa el barril de petróleo, llegando a los 82 dólares y retrocediendo así a cifras que no registraba desde el año 2010. Sin embargo, lo que no se ha visto de forma tan clara es el traslado de este descenso a los precios de la gasolina que pagan todos los usuarios, algo que, por el contrario, si suele suceder de forma casi inmediata cuando la variación del precio del crudo es al alza.
Una vez más, los consumidores volvemos a comprobar lo que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya señalaba en un informe de julio de 2012: los precios minoristas “reaccionan más rápidamente ante incrementos de los precios internacionales que ante reducciones de los mismos, suponiendo un perjuicio para los consumidores finales”.
Recogiendo el sentir de los consumidores y de organismos como la CNMC, CECU reclama a las administraciones un mayor rigor en el control del mercado de los carburantes, dotándolo de más transparencia en cuanto a la formación de precios minoristas y alentándolo a buscar un mayor equilibrio en la traslación de las subidas y bajadas del petróleo a los precios de la gasolina.
Área de Comunicación CECU
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