La exposición recoge una treintena de obras realizadas en los últimos 20 años y algunas esculturas. En la pintura, (la mayoría óleos, algún acrílico y acuarela), se puede ver la distinta temática que va desde casas solariegas de época, templos de la época clásica, paisajes urbanos con su pátina de deterioro y del tiempo, realizados en perspectiva frontal y oblicua. Paisajes campestres, utensilios de campo abandonados, donde destaca la luz, el color y el espacio-tiempo.
En todos ellos hay una crítica a la erosión y al medio-ambiente, destacando lo bello que puede ser, lo es o lo ha sido y lo que puede deteriorarse, por el abandono. Todo ello en un plano realista con distintas connotaciones personales. También algún bodegón. El desnudo en tamaño casi natural, también tiene cabida en esta manifestación, con distintos reflejos en espejos, espacio y visión.
Finalmente la escultura en este caso en madera de pino al natural y teñida en algunos casos por pigmentos, esta representado por bustos de mujeres en distinta representación de edad y canon. En esta representación tridimensional el estilo pasa de lo real a lo orgánico.