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Cospedal frenó la rebelión alentada en ciertas plantas de Génova

Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre charlan en presencia de Cospedal durante el American Business Council
Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre charlan en presencia de Cospedal durante el American Business Council

Rajoy pidió a Interior garantías de que Nacho González no tenía “el techo de cristal”

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

Fuente: ElConfidencial - Alberto Pérez Giménez

La guerra abierta en Génova tras la sorpresiva dimisión de Esperanza Aguirre vive ahora un armisticio temporal, impuesto por el “apoyo taxativo de Cospedal”, dice una fuente de la sede nacional, al delfín de la lideresa, Ignacio González. Sin embargo, las 24 horas posteriores a la retirada de Aguirre no han pasado desapercibidas en su entorno –“van a intentar laminar el aguirrismo”- ni en la dirección del partido: Rajoy solicitó a Interior garantías de que ningún asunto turbio salpicaría a González.

Según ha sabido este diario, el Ministerio que encabeza Jorge Fernández Díaz dejó tranquilo al presidente del Gobierno: ni el ático de Marbella ni los casos de espionaje denunciados en la Comunidad van a comprometar el futuro inmediato de Nacho González. “Ésta era la única condición que puso Rajoy para dar el visto bueno a la sucesión al frente de la Comunidad”, dice la fuente de Génova, que insiste: “Mariano no quiere ahora otro flanco abierto. El relevo se hará de forma tranquila. Otra cosa será la presidencia del PP madrileño, pero eso llegará cuando toque”.

La dimisión de Esperanza Aguirre ha pillado a algunos con el pie cambiado. De hecho, la decisión ha trastocado los planes que Génova tenía hace un año, tras las elecciones autonómicas. Entonces, y según reconocen en el entorno de la ya expresidenta, Génova puso los ojos en Lucía Figar como “su” candidata tras la defenestración de Francisco Granados, otrora rival de González para suceder a Aguirre y hoy uno de los señalados por el dedo del Gobierno regional como el origen de “la mayoría de rumores e insidias” contra Aguirre y su gente.

Fuentes muy próximas a Figar insisten en que “no tiene problema alguno con González, pero ni ella ni éste tienen el peso específico para ser el próximo candidato del PP en las autonómicas”. Figar, como el resto de consejeros, había quedado completamente al margen de la decisión de Aguirre el pasado lunes, algo que solo conocían de antemano González, la jefa de Comunicación y mano derecha de Aguirre, Isabel Gallego, y su jefe de Gabinete, Regino García Badell. Su llanto desconsolado al conocer la dimisión de Aguirre es interpretado por alguna fuente de la Comunidad como “lágrimas por su propio futuro político”. Un diputado de la Asamblea avisa: “la próxima remodelación de Gobierno de Nacho –González- despejará dudas. Aunque yo iría apostando por la salida de Lucía”.

Ignacio González sabe que en Génova apenas cuenta con el apoyo, que no es baladí, de la secretaria general, Dolores de Cospedal. “Desde el primer momento ha sido taxativa y firme en su defensa, y ha querido cerrar el debate” sobre el apoyo del partido a Gonzaléz al frente de la Comunidad. El interés, dicen las fuentes en Génova y en Correos, es mutuo. “Dolores e Ignacio han trabajado juntos (con Acebes en Interior en los Gobiernos de Aznar y en el propio Gobierno de la Comunidad), pero es que ambos se necesitan”. Y aseguran que la secretaria del partido necesita “refuerzos” y apoyo en Génova, ahora que Javier Arenas ha vuelto a la sede nacional. De hecho, en la Comunidad de Madrid están convencidos de que el exsecretario del PP andaluz está detrás de las filtraciones de primera hora acerca de que “González no puede heredar el partido”.

Y es que la presidencia de los populares madrileños será la gran batalla. Génova quiere una sucesión tranquila, controlada, con un presidente que salga de un comité y contempla incluso la ‘bicefalia’: un candidato ‘genovés’ al frente del partido que, llegado el momento, se convertiría en candidato a las elecciones de 2015, y González al frente de la Comunidad. Esta fórmula permitiría ‘formar’ al candidato, pero debería tener el consentimiento de González, porque él gobernará la Comunidad en la peor etapa: recortes, ajustes, protestas… “Y él se las comería todas y dejaría incólume al candidato…”.

Estos planes, sin embargo, no parecen entrar en el pensamiento de otra de las protagonistas de la ‘guerra de sucesión’. Ana Botella lanzó precipitadamente la idea de que había que celebrar ya un congreso extraordinario para elegir al nuevo presidente del partido. Se le olvidó un detalle: Esperanza Aguirre sigue siendo la presidenta regional, y en su entorno, las “prisas” de Botella han caído muy mal. “Ella cree que en un congreso, por ser la esposa de Aznar, recogería las simpatías de los militantes aguirristas, que ahora se verían huérfanos”, dice una fuente de Génova.

Sin embargo, en la Comunidad tienen sus propios tiempos y avisan contra quienes imponerlos desde fuera: “Aguirre es aún la presidenta del partido, y los que la conocen saben que no se le puede tocar mucho las narices. No asistirá tranquilamente a los intentos por laminar a los suyos”. Y una advertencia final: “Génova sabe que el militante de Madrid es muy especial, y que se moviliza rápidamente…”.

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