Al buscarla, encuentra también a su nieta, Sigrun, criada en un entorno ultraderechista en una comunidad rural de la Alemania del Este. A partir de este punto, Schlink construye una historia en la que se confrontan dos visiones del mundo: la del Oeste liberal y democrática y la del Este, donde persisten ideas nacionalistas y extremistas.
Con lenguaje claro y preciso la narración explica como muchos ciudadanos del Este nunca se han sentido integrados tras la caída del Muro. La reunificación, presentada como una victoria, no significó igualdad de oportunidades para todos. Muchos alemanes orientales vieron sus expectativas frustradas y buscaron otras opciones, algunas de ellas vinculadas a movimientos extremistas. Sigrun, criada en este ambiente, representa una generación que no vivió la RDA pero que hereda el resentimiento de sus mayores.
El relato también pone en evidencia la pervivencia del nazismo en ciertos sectores de la sociedad. Nos explica como el extremismo se ha adaptado al siglo XXI y encuentra nuevas formas de expresión en redes sociales y círculos cerrados de ideología radical. Kaspar, un hombre formado en la Alemania democrática de la posguerra se enfrenta a la dificultad de comunicarse con una joven cuya visión del mundo está influida por valores opuestos a los suyos. El autor utiliza un estilo sobrio para narrar el intento de Kaspar de acercarse a su nieta y de comprender como ha sido educada. La relación entre ellos es el eje central del libro. A través de sus diálogos, se evidencian los dos conceptos del mundo que chocan en la Alemania actual: el humanismo ilustrado de Kaspar y el nacionalismo excluyente que guía a Sigrun.
La novela no ofrece respuestas fáciles, ni soluciones claras. Más bien, expone los conflictos y deja que el lector saque sus propias conclusiones. Con La Nieta, Schlink presenta una historia que trasciende lo individual para hablar de problemas colectivos que siguen afectando a Alemania más de tres décadas después de la reunificación.
Después de leer este libro podemos entender un poco mejor como el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania fue el más votado en los 5 länder de la antigua RDA o que los comunistas lo hayan sido en Berlín. Merkel entendía intuitivamente lo que estaba ocurriendo por haber pasado sus primeros años en el este, pero el recién elegido Merz , necesitará hacer un importante esfuerzo para evitar que la brecha aumente ,añadiendo más problemas