Zorionak, Lehendakari

El pasado día 5 fue la sesión de investidura en el parlamento vasco, en la que Patxi López se convirtió en el primer lehendakari socialista después de 30 años de dominio incuestionable del Partido Nacionalista Vasco (PNV), al que han pertenecido todos los anteriores lehendakaris desde el restablecimiento de la democracia en España: Carlos Garaikoetxea, Juan José Ardanza y Juan José Ibarretxe.

A pesar de que el PNV obtuvo la mayoría de los votos en las pasadas elecciones con un 38,5% de los sufragios frente al 30,71 del Partido Socialista de Euskadi de Patxi López, no obtuvo la mayoría suficiente para formar gobierno en solitario. En este contexto el PSE apoyado por los votos del tercer partido más votado, el Partido Popular, logró la mayoría parlamentaria para que López accediera al puesto de Jefe del Estado vasco. Hay que recordar que a los partidos de la izquierda radical vasca no les fue permitido presentarse a estas elecciones, al haber sido ilegalizados por ser continuadores de la actividad de Batasuna, considerada como el brazo político de la banda terrorista ETA por la justicia española y la Unión Europea. Se presentaron dos listas abertzales, Demokrazia 3 Milioi (D3M) y Askatasuna, siendo ambas ilegalizadas por sus conexiones con Batasuna por el Tribunal Supremo y ratificada esta ilegalización por el Tribunal Constitucional. La izquierda 'abertzale' contraria al terrorismo de ETA ha estado representada por la formación Aralar, que obtuvo un poco más del 6% de los votos. La izquierda abertzale llamó al voto nulo a sus simpatizantes, indicándoles que utilizaran la papeleta de voto de D3M, contabilizándose casi 100.000 votos nulos. Este es uno de los principales argumentos de la izquierda radical para desligitimar al ahora lehendakari, puesto que consideran que la representación parlamentaria que ha salido de estas elecciones no es una representación de las opciones de todos los vascos.

Por otra parte el PNV ha atacado al PSE y a Patxi López desde que se vislumbraba el posible pacto entre el PSE y el PP para colocar a López como lehendakari, insistiendo en que no se estaba respetando la decisión de la mayoría de los vascos, que optaron por el PNV. Otro punto de discordia ha sido la Ley Electoral y cómo reparte ésta los escaños, puesto que a pesar de haber un poco más de 80.000 votos de diferencia entre PNV y PSE y haber obtenido el PNV casi el 40% de los votos, sólo hay una diferencia de cinco escaños en la representación parlamentaria.

Con todo y con esto, esta mañana ha tomado posesión de su cargo Patxi López, en el traspaso oficial de poderes del anterior lehendakari Juan José Ibarretxe, en la Casa de Juntas de Gernika, junto al famoso árbol de Gernika, símbolo del pueblo vasco.

Una de las cosas que ha llamado la atención, y que según los simpatizantes de López son los primeros síntomas de cambio, es que el nuevo lehendakari ha jurado su cargo no sobre un ejemplar de La Biblia en euskera, sino sobre un ejemplar del Estatuto de Gernika, y que se ha suprimido el símbolo religioso de la cruz católica que hasta ahora presidía la mesa del solemne acto. Además, el lehendakari ha omitido la fórmula “humillado ante Dios” a la hora de jurar el cargo.

Al contrario de lo usual tampoco pronunció un discurso en este traspaso de poder, sinó que leyó dos poemas, uno en vasco, 'Maiatza', de Kirmen Uribe, y 'Nada dos veces', de la poetisa polaca Wislawa Szymborska.

La ceremonia se ha celebrado en dos partes, la institucional, puertas adentro de la Sala de Juntas, inaugurada por la nueva presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga, el traspaso de la 'makila', una 'vara de mando', símbolo de la lehendakaritza que le ha entregado a López el anterior lehendakari Ibarretxe y la ceremonia junto al árbol de Gernika, que ha incluido la parte del juramento, en presencia de los anteriores lehendakaris.

Por primera vez acudían al acto representantes de las asociaciones de víctimas del terrorismo, representantes de la patronal, sindicatos, así como presidentes de otras comunidades autónomas del Estado español. El Gobierno ha enviado como representante a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, y Manuel Chaves, vicepresidente de Cooperación Territorial.

Según López, las prioridades de su gobierno, que destacó en su discurso de investidura del pasado martes, serán la lucha contra ETA y su entorno, tomar medidas contra la crisis económica y acabar con el enfrentamiento claro que ha generado entre el PSE y el PNV el acceso a la lehendakaritza de Patxi López. En este sentido López ofreció su “mano tendida” al partido ahora en la oposición, gesto que hasta el momento no ha tenido respuesta positiva por parte del PNV.

Después de la ceremonia el nuevo lehendakari ha recibido la felicitación efusiva de sus compañeros de partido, y un abrazo y felicitación por parte de Juan José Ibarretxe, el lehendakari saliente.

Muy comentadas han sido los mencionados cambios que López ha introducido en la ceremonia, según sus partidarios, gesto evidente del afán de López de una renovación de las instituciones vascas, acercándose al laicismo, a la pluralidad y parte de su plan para ser “el lehendakari de todos los vascos”.

Incluso alguno de sus simpatizantes ha comentado que López podría ser el “Obama que Euskadi necesita”. Opiniones de 'fans' aparte, queda un largo y difícil camino, oídas las declaraciones de Iñigo Urkullu, presidente del PNV, en lo concerniente a esta 'futura relación' entre el ahora partido gobernante, el PSE, y el partido saliente, ahora en la oposición, el PNV: “los 30 parlamentarios del PNV impedirán que se cometan desmanes”.

Juan José Ibarretxe, por su parte, ha comunicado su deseo de abandonar la política para dedicarse a otros asuntos y ha presentado su renuncia a su acta de diputado. A pesar de los halagos que Urkullu le ha estado dedicando estos días, “..será muy difícil que haya otro lehendakari como él”, nadie en el PNV le ha solicitado que reconsidere su decisión y está claro que le dejarán marchar, con lo que parece que a pesar de todo el PNV desea pasar página y enfrentarse cuanto antes a la nueva situación en la que ahora se encuentra la política vasca.