Hay que tener un coraje tremendo, hay que ser un bestia, mi hija me llora porque ya me cree difunto, pero aún no es así y aquí me tenéis, la bestia carroñera de Germán Ubillos. El caza premios, quizá el más premiado escritor español de la segunda mitad del siglo XX después de mi amigo Anson, el insuperable.
Creedme que es algo increíble, no me lo creo ni yo, la veo venir con la guadaña enfundada en sus harapos blancos, pues son blancos y no negros. Las grandes batallas las tenemos en los hospitales, la última la tuve en el Sanatorio del Rosario de Príncipe de Vergara, y ahí la vencí por astuto, pues además de ser Aries soy muy astuto y cuando parece que me ha vencido me doy media vuelta y le asesto un mazazo en su monda calavera. La próxima la iniciaré mañana mismo en el Hospital Clínico. De esta capital
He de añadir que me ayudan las mujeres, la primera la mía gracias a la cual sobrevivo, la segunda mi amiga impagable Aurora Viloria, doctora geriatra que me quiere muchísimo, y la tercera una niña de trece años que aunque meta poco ruido es de armas tomar, pues es mi Fuente de Energía y se llama Victoria.
Bueno tened en cuenta que a los 77 años y hecho una piltrafa es fácil luchar con ella, pero tiene una debilidad, es muy orgullosa se cree que va a ganar siempre pues cada vez me tiene más cercado, pero no cuenta con un pequeño detalle, con un secreto, yo soy Aries y además amo la vida con locura y dudo mucho que ella ame la muerte tanto como yo la vida. De ese misterioso secreto que acabo de revelaros estriba el que aún os esté escri biendo, pero por favor no se lo mentéis pues es salvaje, y después de al Marqués de Griñón y a tantos y tantos famosos no quiere que quede títere con cabeza, pero os aseguro que mientras pueda os seguiré escribiendo, pues además tengo otro pequeños gran secreto y es que a mí me encanta escribir, soy así y de eso ella ni idea, pues es un poco simple